Exploración del Empirismo de Hume: Ideas, Percepciones y Crítica de la Metafísica
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Impresiones e Ideas
Las impresiones son nuestras percepciones más intensas: cuando escuchamos, vemos, sentimos, amamos, odiamos, deseamos o queremos... que sentimos de manera fuerte y viva. Las ideas son la copia difuminada que la mente guarda como recuerdo, la representación. Tanto las impresiones como las ideas pueden ser simples o compuestas.
Experiencia y Asociación de Ideas
La experiencia es la asociación de ideas por la contigüidad espacio-temporal. Es un producto de las costumbres y el hábito que nos induce a relacionar las ideas y a «esperar» que los hechos se produzcan de una determinada manera.
Leyes de Asociación
Las ideas se atraen mutuamente. Esta atracción no es arbitraria, sino que responde a determinadas leyes:
- Ley de semejanza: Es la primera ley de asociación de ideas que permite comparar unas ideas con otras.
- Ley de contigüidad espacial-temporal: Las ideas percibidas se atraen mutuamente por el hecho de estar juntas en el espacio y por ser sucesivas en el tiempo.
Causalidad
La causalidad no es un principio racional, sino una creencia fundamentada en la costumbre de la imaginación.
Relaciones de Ideas y Cuestiones de Hecho
Las relaciones de ideas son el resultado de la ley de semejanza al poner en contacto las ideas, un hecho que se produce en el ámbito exclusivo de la razón. Son a priori y equivalen a lo que Leibniz había denominado verdades de razón.
Las cuestiones de hecho provienen de la experiencia y son, por lo tanto, a posteriori, lo que Leibniz llamó verdades de hecho. En ellas se basan las ciencias empíricas, donde la certeza se prueba porque describen hechos, es decir, por asociaciones de ideas según la contigüidad espacial-temporal.
El Problema de la Inducción
La ciencia se caracteriza porque quiere establecer las verdades como universales y necesarias. Pero aunque un hecho se confirme empíricamente, esto no significa que se pueda establecer como verdad necesaria, sino sólo como contingente (posible); nunca podrá ser más que una verdad de hecho. No es legítimo pasar de la afirmación particular «algún x es y» a la proposición universal «todo x es y».
Sustancia, Yo, Mundo y Dios
La idea de sustancia es una idea compuesta por asociación: no se deriva de ninguna impresión, interna o externa, no es más que «la colección de ideas simples unidas por la imaginación», que atribuye el conjunto de características a algo desconocido, como si fuera su apoyo permanente.
Hume afirma que el yo, como sustrato permanente, unitario e idéntico de la infinidad de sensaciones y experiencias, es totalmente ficticio. No hay nada en nosotros que permanezca inalterable a las percepciones. El yo o alma no existe. La identidad es sólo un conjunto de percepciones y un encadenamiento de ideas.
La idea de mundo no proviene de la experiencia, porque no se deriva de ninguna impresión particular; tampoco es una inferencia de la razón, porque nos es imposible inferir la existencia de nada que no sea una percepción. Sólo la presencia continuada en la mente de un conjunto de impresiones distintas, a las que nuestra imaginación confiere constancia y coherencia, permite explicar la creencia en la existencia continua del mundo.
Hume niega también que Dios pueda ser considerado causa del mundo, ya que el concepto de «causa» para él no tiene sentido. Sólo son legítimas las ideas que provienen de impresiones. No tenemos, sin embargo, ninguna impresión sobre Dios y, en consecuencia, responder a la pregunta de si Dios existe es imposible, porque las impresiones constituyen el límite del conocimiento.
Motivaciones Morales
El motivismo es la teoría según la cual las ideas éticas y morales provienen de la emoción o sentimiento, y no tienen una justificación racional.
El utilitarismo es la teoría según la cual las ideas éticas y morales se basan en criterios de utilidad y placer. Se entiende por útil lo que conlleva felicidad o satisfacción a un mayor número de personas (hedonismo humanista).
La falacia naturalista consiste en atribuir validez universal a aquella acción que ha despertado el sentimiento de aprobación. Pasar del es (acción calificada de buena) al debe ser (deber moral).