Exploración de la Ética: Sócrates y Kant

Clasificado en Filosofía y ética

Escrito el en español con un tamaño de 3,21 KB

La Ética Socrática

Para Sócrates, es imposible hacer el mal si se conoce el bien: "todos los que llevan a cabo acciones feas y malas las cumplen sin quererlo".

Quien peca lo hace por ignorancia: "la ciencia (el conocimiento) es una cosa bella capaz de dominar al hombre. Si uno sabe qué es el bien y qué es el mal no puede ser vencido por nada ni obrar de manera distinta, sino que la sola sabiduría basta para ayudar al hombre".

La ciencia incluye la fuerza de carácter que permite dominar los impulsos y purificar el alma. No es un mero conocimiento teórico.

No había una diferenciación nítida entre virtudes, sino que cada una de ellas implicaba necesariamente a las otras. El "vivir bien" era vivir en el ejercicio constante de la virtud y esto, la consecuencia de preocuparse por purificar el alma.

Bondad y justicia no requieren otra gratificación que la que otorga la propia "voz" interior. Se relacionan con un estado de quietud y de calma. Cabe destacar que creía en el carácter divino del alma y su inmortalidad; que en otra vida el hombre justo encontrará también un premio.

La Ética Kantiana

Una cualidad puede ser buena o mala conforme a la intención con la que se la use. "No es posible pensar nada que pueda considerarse como bueno sin restricción, a no ser tan solo una buena voluntad. Los talentos del espíritu y los dones de la fortuna son buenos y deseables; pero también pueden llegar a ser malos y dañinos si la voluntad no es buena."

No puede decirse que una persona no obró bien si tuvo la intención de realizar una buena acción, pero por motivos que le eran ajenos no logró llevarla a cabo. Tampoco puede decirse que sí obró bien alguien que, por casualidad, realizó una buena acción. "La buena voluntad es buena sólo por el querer, es buena en sí misma (aún cuando le faltase por completo a esa voluntad la facultad de sacar adelante su propósito). La utilidad o la esterilidad no pueden añadir ni quitar nada a ese valor.

Los seres humanos no estamos constituidos solo por la razón (lo que nos dice qué está bien y qué está mal), sino también por las inclinaciones. Cuando sabemos lo que está bien, pero nuestras inclinaciones quieren arrastrarnos en sentido contrario, la buena voluntad de la que antes hablábamos se convierte en deber. El deber tiene un carácter coercitivo, en tanto surge para oponerse y reprimir la inclinación. Propone entonces tres actos teniendo en cuenta las acciones en relación con el deber:

  1. Contra el deber
  2. De acuerdo al deber [inclinación mediata o inclinación inmediata]
  3. Por deber

El primero es malo y el tercero es bueno; los segundos son moralmente neutros.

Debemos cumplir con lo que el deber nos manda más allá de que ello nos proporcione o no un beneficio personal.

Existe una regla objetiva, aplicada la cual sabremos si llevar a cabo una acción o no. Esta regla está formulada en los imperativos categóricos. Imperativo: es el lenguaje en el que se expresan los mandatos éticos. Categóricos: mandan en forma absoluta, más allá de las circunstancias particulares.

Entradas relacionadas: