Exploración de la Filosofía Tomista: Metafísica, Existencia Divina y Ética
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La Metafísica de Santo Tomás
Santo Tomás amplió y modificó algunas doctrinas de Aristóteles. Aceptó conceptos aristotélicos como materia, forma, sustancia, accidente, potencia y acto. Su doctrina metafísica más importante es la referida a la analogía del ser, que se apoya en una nueva distinción: lo que el ente es, ESENCIA; y el acto de ser (ESSE) de esa esencia. De aquí se deduce una teoría que describe dos tipos de sustancias: materiales e inmateriales.
Sustancias Materiales
Las sustancias materiales son los entes que se pueden percibir por los sentidos. La estructura ontológica de las sustancias materiales se organiza en dos niveles:
- El nivel sustancial: apunta a la distinción entre materia y forma, así como a la de potencia y acto. Sin embargo, esta esencia es solo potencia de ser en relación al acto de ser.
- El nivel accidental: se refiere a los accidentes (actos segundos), que determinan de un modo u otro a la sustancia.
Sustancias Inmateriales
Las sustancias inmateriales son las formas puras o subsistentes como los ángeles o los demonios de los que habla la Escritura. Estas sustancias también se componen de potencia y acto, y su esencia es solo forma sustancial carente de materia que se distingue, también, de su acto de ser.
Los entes creados por Dios poseen una esencia que es potencia de ser y que no es su propio acto de ser. No obstante, en Dios (ser subsistente por sí mismo) no es posible establecer tal distinción puesto que es puro acto de ser por esencia. El ser como acto es ejercido por las realidades materiales, por los seres vivos y por las sustancias inmateriales.
Siguiendo a Avicena, aunque prescindiendo de su significado modal, Santo Tomás utiliza la distinción entre necesario y contingente.
- Ser necesario: aquel en el que se identifica su esencia con su acto de ser.
- Ser contingente: aquel en el que su esencia no incluye su acto de ser.
La Existencia de Dios
Siguiendo el método característico de la filosofía escolástica, Santo Tomás se plantea, en relación al problema de la existencia de Dios, tres cuestiones:
- ¿Si la existencia de Dios es evidente?
- ¿Si la existencia de Dios es demostrable?
- ¿Si Dios existe?
Con respecto a la primera, hay que decir que la existencia de Dios es evidente en sí misma, pero no para nosotros. Por lo que se refiere a la segunda, la existencia de Dios es demostrable a partir de argumentos a posteriori (las cinco vías). Por último, y lógicamente, Dios existe.
Estructura Común de las Cinco Vías
- Se parte de algún fenómeno natural que sea observable. (El movimiento, la causa eficiente, los seres contingentes, los grados de perfección y la finalidad.)
- Se aplica el principio de causalidad. (Este principio exige a cada fenómeno o realidad una causa proporcionada: Primer motor inmóvil, primera causa incausada, existencia de un ser necesario, existencia de un ser perfecto, existencia de un principio ordenador.)
- Se plantea la imposibilidad de una regresión al infinito en la serie de las causas.
- Cada vía alcanza un determinado término. (Existencia de un motor inmóvil, de una causa incausada, de un ser necesario, de un ser perfecto, de una mente ordenadora.)
Resumen de las Cinco Vías
- Primera vía o del movimiento: Todo lo que se mueve es movido por una causa. Si la causa que mueve es, a su vez, móvil, entonces se debe a otra causa; y así sucesivamente. Por lo tanto, tiene que haber una primera causa del movimiento que denominamos Dios.
- Segunda vía o de la causa eficiente: Todo ser o fenómeno es producido por una causa anterior. De aquí se deduce que tiene que existir una primera causa que sea incausada y que se identifica con Dios.
- Tercera vía o de la contingencia: Todos los seres del universo son contingentes. Pero lo que es contingente, en algún momento no fue. Por consiguiente, debe existir un ser necesario que ha otorgado el ser a lo que es contingente. Ese ser es Dios.
- Cuarta vía o de los grados de perfección del ser: Cada cosa es más o menos perfecta de acuerdo con un modelo. Debe haber, por lo tanto, un modelo de perfección último que no se mide con respecto a nada porque es perfecto en sí mismo. Esa fuente de todas las perfecciones es denominada Dios.
- Quinta vía o de la finalidad: Todo tiene una finalidad y un orden. Así pues, debe existir un ser que sea el origen de cualquier finalidad. Ese ser es Dios.
Por lo demás, Santo Tomás piensa que en Dios se identifican la esencia y la existencia. Dios, por consiguiente, es un ser infinito y no puede faltarle nada. Ahora bien, no podemos desvelar otros atributos de Dios puesto que sobrepasan nuestro entendimiento. Por eso, es necesario proceder siempre por la vía de la analogía, que tiende un puente entre Dios y los seres creados.
La Doctrina sobre el Alma
Tanto Aristóteles como Santo Tomás rechazaron el dualismo platónico que identifica al ser humano con el alma. En el alma existen diversas facultades o potencias activas, cada una de las cuales es principio próximo de determinadas actividades. Tenemos potencias inferiores (compartidas con los animales) y superiores (propias únicamente del hombre). A su vez, cada una de ellas se combina con el aspecto cognoscitivo y el apetitivo. Del lado cognoscitivo nos encontramos con los sentidos (facultades inferiores) y el entendimiento (facultades superiores). Por otro lado, desde el lado apetitivo, tenemos los apetitos (facultades inferiores) y la voluntad (facultades superiores).
Según Santo Tomás, la teoría hileomórfica es compatible con la inmortalidad del alma humana si se tiene en cuenta que existe una gradación en las formas. Esto quiere decir que las facultades o potencias del alma que dependen de un órgano corporal no pueden subsistir una vez que se destruye el órgano correspondiente.
En cambio, el entendimiento puede conocer todas las formas de las cosas. La inteligencia no se caracteriza por limitarse a un solo tipo de cosas. Por lo tanto, el entendimiento no depende intrínsecamente de un órgano. Así pues, si el alma puede entender sin órgano, entonces puede subsistir una vez que el cuerpo se destruye.
La Teoría del Conocimiento
Al igual que en otras partes de su filosofía, Santo Tomás sigue a Aristóteles y, con ciertas matizaciones, a San Agustín. La teoría aristotélica del conocimiento se apoya en dos tesis fundamentales:
- No hay nada en el entendimiento que antes no haya estado en los sentidos.
- El verdadero conocimiento se refiere directamente a lo universal y solo de forma indirecta a lo particular.
En el proceso del conocimiento intervienen los dos intelectos. El intelecto posible o paciente, que está en potencia, se encarga de recibir de forma inmaterial cualquier forma inteligible. El intelecto agente o en acto posee un carácter personal y es una luz participada del verbo que ilumina al intelecto pasivo para que pueda conocer la forma inteligible. El esquema del conocimiento quedaría como sigue:
Ejemplo
- Captación de un objeto por medio de los sentidos: percibimos una rosa roja.
- El objeto sensible deja una huella o fantasma en la imaginación: tenemos una imagen mental de la rosa con todas sus notas características.
- La huella o fantasma sigue siendo la de un ser individual: la imagen de la rosa es la de un individuo en concreto.
- El intelecto agente realiza la abstracción y extrae la forma inteligible: la imagen de la rosa es despojada de todas sus notas individuales hasta llegar a la esencia que corresponde al objeto físico.
- El intelecto pasivo recibe la forma inteligible y elabora el concepto universal: el intelecto pasivo, partiendo de la forma inteligible, llega a la construcción del universal “rosa”. A continuación, vuelve a añadir todas las determinaciones individuales eliminadas en el proceso de abstracción.
La Ética y la Política
La ética, para Santo Tomás, tiene un fundamento natural (ley natural) que, a su vez, se relaciona con la ley política.
La Ética
Como sucede en otros apartados de su obra, la ética de Tomás de Aquino se apoya en conceptos de tipo aristotélico. Los aspectos principales de la ética de Santo Tomás son los siguientes:
a) El concepto de naturaleza como fundamento de la ética
El objeto de la ética y la política para Aristóteles es la felicidad. La felicidad consiste en hacer aquello que es más propio del ser humano: en este caso, la vida contemplativa. Pero para Santo Tomás, el fin es de tipo sobrenatural y no natural: se trata de la contemplación directa de Dios. Cada ser del universo, incluido el hombre, está sometido a la providencia divina. Sin embargo, esta orientación finalista del mundo no anula ni excluye la libertad del ser humano, puesto que la libre acción del hombre forma parte de la providencia divina.
b) La virtud moral
Según Aristóteles, las virtudes son hábitos positivos necesarios para la buena actuación moral. Por otra parte, la ética de Santo Tomás es también una ética de las virtudes. Las virtudes se consideran como disposiciones de tipo práctico orientadas a vivir bien y evitar el mal. Además de la distinción aristotélica entre virtudes éticas y dianoéticas, Santo Tomás introduce las virtudes teologales: fe, esperanza y caridad.
c) La sindéresis y la conciencia moral
La razón puede tener dos tipos de usos: el teórico o especulativo y el práctico o moral. El primero parte de la noción del ser y tiene como principio básico el de no contradicción. El segundo parte de la noción del bien, y su principio es el que considera el bien como algo apetecible o deseable: es preciso hacer el bien y evitar el mal.
La naturaleza humana es el modo de ser propio del hombre, su esencia. La razón práctica ordena seguir las inclinaciones principales de la naturaleza humana:
- Sustancialidad: el hombre tiende a su propia conservación.
- Animalidad: el hombre está dotado de inclinación sexual y tiende al cuidado de la prole.
- Racionalidad: el hombre tiende a conocer la verdad y a relacionarse con otros seres racionales.
La conciencia moral es el juicio de la razón práctica sobre nuestras propias acciones. Por medio de la sindéresis (que es la capacidad natural para juzgar rectamente), la razón natural conoce de modo inmediato que es preciso hacer el bien y evitar el mal.
La Política
La sociedad es el ámbito en el que los seres humanos pueden alcanzar la felicidad. Hay que distinguir entre el bien común (que está por encima del bien individual) y el bien individual. Para Santo Tomás, el bien común consiste en:
- El conjunto de medios que nos permiten satisfacer las necesidades materiales.
- El conjunto de los bienes precisos que permiten el crecimiento intelectual, afectivo y religioso de sus componentes.
La ley es el ordenamiento de la razón hacia el bien común. Distingue tres tipos de leyes:
- Eterna: el orden de la inteligencia divina.
- Natural: el orden divino inscrito en la naturaleza humana.
- Positiva: la ley política que se concreta en la ley natural.
En cuanto al poder político, Santo Tomás piensa que procede directamente de Dios. El Creador delega en el Papa el poder espiritual y este delega en los gobernantes el poder temporal. El Papa puede destituir a los gobernantes que no busquen el bien común. Tomás de Aquino llega a aceptar, incluso, la posibilidad de la rebelión y el tiranicidio para salvaguardar el bien común.