Exploración de las Formas de Conocimiento según San Agustín: Sensibilidad, Razón e Iluminación Divina

Clasificado en Filosofía y ética

Escrito el en español con un tamaño de 2,91 KB

Formas de Conocimiento según San Agustín

San Agustín distingue tres formas principales de conocimiento:

Conocimiento Sensible

El conocimiento sensible tiene su origen en la actividad de los sentidos sobre el mundo material. Sin embargo, San Agustín considera que este no es el verdadero conocimiento, sino más bien una opinión, debido a las deficiencias de los sentidos y del mundo material.

Conocimiento Racional

El conocimiento racional se basa en la actividad de la razón, la facultad de juzgar. Parte del conocimiento sensible, juzga lo percibido y da lugar a la ciencia. Es un conocimiento puramente humano, ya que los demás seres carecen de razón, y tiene por objeto dirigir la acción humana.

Contemplación e Iluminación Divina

La contemplación es la actividad del entendimiento mediante la cual intuimos las Ideas inmutables, modelos de todas las cosas que utiliza la razón para su actividad cognoscitiva. La captación de las Ideas nos conduce a la verdad objetiva. No obstante, a su contemplación no se llega por reminiscencia, sino por la Iluminación divina. San Agustín afirma que el hombre no puede buscar la verdad mediante la experiencia sensible, sino que debe buscar en su interior hasta encontrar, iluminadas por Dios, las Ideas que residen en la mente divina. Invita al hombre a conocerse a sí mismo para conocer a Dios, su origen y destino.

Relación con la Doctrina Platónica y la Iluminación

Cabe destacar la relación de la teoría de la iluminación agustiniana con la doctrina platónica. Dios es lo que en Platón era el Bien, iluminando las Ideas para que puedan ser comprendidas por el hombre de forma natural, ofreciendo esto a cualquiera que busque sinceramente la verdad. Dios es la fuente iluminativa de nuestro propio conocer en virtud de las razones eternas, que son las razones eternas en la mente divina, y la relación de ellas con las cosas es de participación. El ser humano, al darse cuenta de sus limitaciones como ser, se ve impulsado al conocimiento de Dios.

El Hombre Exterior e Interior

El hombre exterior es el que se caracteriza por su apartamiento de Dios, caída en sí mismo y conversión de él y de las criaturas. Frente a él, el hombre interior, consciente de su limitación ontológica, se trasciende a sí mismo para llegar al conocimiento de la existencia y la esencia divina.

Fundamento de la Iluminación y el Conocimiento de la Verdad

La presencia activa de Dios en nuestro interior es el fundamento de la iluminación, así como del conocimiento de nuestra verdad. Conocer es reconocer. Solo conocemos a Dios por Dios. Él es la fuente secreta de nuestro conocimiento. Esa presencia activa de Dios en el interior es el fundamento de la iluminación, que a su vez es el fundamento de nuestro conocimiento de la verdad.

Entradas relacionadas: