Exploración de la Poesía de Juan Ramón Jiménez: Temas y Estilos

Juan Ramón “Va cayendo..”

El poema pertenece a Ninfeas, uno de los libros juveniles de Juan que constituyen una etapa inicial del poeta moguereño. Es una obra de excesos decadentistas y esteticistas. En el poema que presentamos se observa que la adjetivación es tópica, claramente inspirada en el Romanticismo, el Decadentismo y el esteticismo imperantes en la época. Por otra parte, el motivo literario de la mujer que huye como una sombra es también claramente decadentista y el tono general del poema completa la ambientación característica de estos primeros poemas de Juan. Todo es tristeza y sensualidad morbosa. Conviene destacar también la repetición con pequeñas variantes de la estrofa inicial al final del poema, rasgo estructural característico de la poesía juanramoniana en toda la primera etapa.

“Mi alma es..”

El segundo poema pertenece al libro Arias tristes. En esta obra, inicia Juan la exploración de su propia voz poética bajo el intimismo de raíz becqueriana y el simbolismo europeo, junto a la mejor tradición literaria española. El paisaje crepuscular y las ensoñaciones que este provoca son fundamentales en este poema, donde lo musical, inspirado en Verlaine, adquiere un papel relevante. El poeta busca el otoño como marco de su expresión.

“Hermano de..”

Poema del libro La soledad sonora. En él, la naturaleza adquiere un papel primordial, puesto que en ella el poeta percibe algo inaprensible e inexpresable con el lenguaje poético, pero que apunta a lo esencial de la realidad. Indaga el poeta en la ornamentación formal que le viene de la mano del Parnasianismo para amoldarla al preciosismo interior que brota del autoanálisis del alma. En nuestro poema, el poeta identifica su alma con la naturaleza y selecciona en ella aquellos elementos con los que se identifica. Las continuas exclamaciones e interrogaciones lo sitúan en un estado casi extático, a la búsqueda del misterio que envuelve la belleza del paisaje.

“Pájaro de..”

Poema impresionista de Baladas de primavera. El diálogo constante con la naturaleza proyecta las angustias interiores del poeta y lo encaminan al panteísmo. El poeta se dirige al pájaro de agua, con cuya tristeza se identifica a la par que la necesita para no hundirse en los abismos del malestar decadentista. El regreso a Moguer y los influjos del Modernismo marcan el devenir poético de este libro, integrante de una segunda fase de la primera etapa, la sensitiva, de nuestro poeta.