Exploración de las Teorías Éticas: Materiales y Formales

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Principales Teorías Éticas: Un Recorrido por la Filosofía Moral

Este documento explora las corrientes éticas fundamentales, dividiéndolas en éticas materiales y éticas formales, para comprender cómo diferentes sistemas filosóficos abordan la moralidad y la búsqueda del bien.

Éticas Materiales

Las éticas materiales son aquellas que establecen un bien supremo o fin último para el ser humano y dictan las normas para alcanzarlo. Se centran en el contenido de la acción moral.

Intelectualismo Moral

El intelectualismo moral es una teoría ética que sostiene que el ser humano, desde el ejercicio de la razón, es capaz de conocer el bien. Es el prototipo del intelectualismo moral, donde el conocimiento del bien conduce necesariamente a la acción buena.

Eudemonismo

El eudemonismo sostiene que la finalidad de la vida humana es alcanzar la felicidad, y que el bien moral es aquello que nos acerca a ella. La felicidad es el bien supremo al que aspiran todas las acciones.

Estoicismo

El estoicismo cree que el universo está regido por una razón divina. La virtud consiste en vivir de acuerdo con la naturaleza y aceptar el destino con serenidad. Hay que suprimir las pasiones y alcanzar la ataraxia (imperturbabilidad), lo que garantiza la felicidad.

Hedonismo

El hedonismo identifica el bien con el placer, entendido como ausencia de dolor. Para lograrlo, se deben evitar miedos y buscar placeres naturales y necesarios, priorizando los placeres del alma sobre los del cuerpo.

Iusnaturalismo

El iusnaturalismo sostiene que el ser humano posee una ley natural inscrita en su naturaleza, orientada hacia el bien. Esta ley deriva de la ley eterna de Dios y nos impulsa; lo moral es lo que está de acuerdo con esa ley natural.

Utilitarismo

El utilitarismo propone que lo bueno es lo útil, aquello que produce el mayor bien para el mayor número de personas. El valor moral de una acción depende de sus consecuencias en términos de felicidad colectiva, aunque el individuo no se beneficie directamente.

Emotivismo

El emotivismo sostiene que la razón no puede fundamentar la moral, ya que no puede derivarse un "deber ser" de un hecho. Los juicios morales se basan en los sentimientos de aprobación o desaprobación. Aun así, no es relativista, ya que todos compartimos la misma naturaleza humana, regulada por la simpatía y la utilidad.

Éticas Formales

Las éticas formales, a diferencia de las materiales, no establecen un bien concreto, sino que se centran en la forma de la acción moral, en cómo debemos actuar, independientemente de los fines o consecuencias.

Formalismo Kantiano

Crítica a las Éticas Materiales

Todos los sistemas éticos proponen juicios morales. Estos son imperativos, pues dictan lo que se debe hacer o lo que se debe evitar. Las éticas materiales proponen imperativos en función de un bien superior que hay que alcanzar. Estos imperativos son hipotéticos, dado que surgen de esa relación establecida entre el bien supremo y el modo de conseguirlo. La insuficiencia de las éticas materiales reside, según Kant, en ese tipo de imperativos: suprimido el fin, el imperativo queda vacío de contenido y la acción, desprovista de juicio moral.

Propuesta Kantiana

  • Kant rechaza que la moral se base en sentimientos, consecuencias o inclinaciones.
  • Propone que la moral debe fundamentarse en la razón y, por tanto, debe ser universal y necesaria.
  • Su principio central es el imperativo categórico, que ordena actuar solo según máximas que puedan convertirse en leyes universales.
  • La persona moralmente buena es aquella que actúa por deber, no por interés ni por los resultados que pueda obtener.
  • El sujeto moral kantiano es autónomo, es decir, se da a sí mismo la ley moral mediante el uso de la razón.

Ética del Discurso

La ética del discurso propone una ética formal y universal, al igual que Kant, pero basada en el diálogo racional entre todos los afectados por una norma moral. No nos dice qué debemos hacer, sino cómo decidirlo colectivamente. Para que una norma sea válida, debe surgir de un diálogo en el que:

  • Participen todos los afectados.
  • Todos puedan hablar y argumentar en igualdad.
  • No haya presiones externas.
  • Se busque el consenso y todos acepten el acuerdo.

Esta ética se orienta hacia una democracia participativa y justa, donde la moral se construye entre todos mediante la comunicación.

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