Exploración de las Vanguardias Literarias del Siglo XX: Futurismo, Dadaísmo, Cubismo y Más
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Las Vanguardias Literarias del Siglo XX
El futurismo, promovido por Marinetti, propuso la destrucción de la sintaxis, la supresión de adjetivos, adverbios y signos de puntuación, así como la deshumanización. Proclamó el desprecio por el amor, la sensibilidad y la mujer, frente a la admiración por la técnica y el progreso.
El dadaísmo, que surgió con Tristan Tzara, defendió la abolición de la lógica, la liberación de la fantasía y el lenguaje incoherente. Incluía dibujos y collage.
El cubismo, un movimiento pictórico que Apollinaire adaptó a la literatura en los caligramas, intentaba plasmar la realidad desde diferentes puntos de vista simultáneos.
El expresionismo no renegaba del pasado ni rendía culto a la modernidad. Tendía a la deformación sistemática de la realidad para proyectar la atormentada visión del mundo del artista.
El surrealismo, liderado por André Breton, proclamaba la liberación del hombre y su actividad creadora a través de la exploración de los sueños y del mundo del inconsciente. Intentaba explicar los mecanismos del pensamiento a través de la escritura automática. Se producía una ruptura del vínculo lógico, la mezcla de conceptos que la conciencia mantiene aislados y la entrada de imágenes oníricas. Se daba la destrucción de la sintaxis y la supresión de la puntuación. Los poetas del 27 fueron influidos por este movimiento.
Las Vanguardias en España
En España, los movimientos que alcanzaron mayor desarrollo fueron el creacionismo y el surrealismo. Apareció el ultraísmo, impulsado por Rafael Cansinos Assens, que pretendía unificar todas las vanguardias deshumanizadas y llevar a sus autores más allá de la realidad, con una visión lúdica y humorística. Guillermo de Torre, en Hélices, creó una nueva poética buscando interpretaciones originales a objetos cotidianos y renunciando al sentimiento. Borges llevó este ismo a América, pero más tarde renegó de él.
Comenzó el creacionismo con Vicente Huidobro, que aspiraba a convertir la poesía en una realidad autónoma y ajena a cualquier intento de descripción del mundo exterior. En Altazor realizó una reflexión lírica y metafísica, jugando con el lenguaje y buscando sus límites expresivos. Los españoles Gerardo Diego (Imagen) y Juan Larrea (Rendición de espíritu) destacaron en este movimiento.
César Vallejo, en Trilce, recurrió a una violenta distorsión del lenguaje para expresar su atormentado mundo interior. Pablo Neruda fue muy crítico con las vanguardias, pero en Residencia en la tierra se aprecia la influencia del surrealismo y otros ismos, presentando un mundo caótico e inhabitable.