Explorando las Actitudes Sociales ante la Diversidad Cultural: Claves para la Convivencia
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Actitudes Sociales ante la Diversidad Cultural
Una actitud social es la predisposición a responder de forma favorable o desfavorable hacia algo (por ejemplo, la pena de muerte) o hacia alguien (como los inmigrantes). Estas actitudes se componen de tres elementos principales:
- Componente Cognitivo: Se refiere a las creencias y conocimientos que el sujeto tiene acerca del objeto de la actitud, pudiendo ser favorables o desfavorables. (Es lo que se conoce).
- Componente Afectivo: Engloba las emociones y sentimientos (positivos o negativos) que el objeto de la actitud provoca en el individuo. (Es lo que se siente).
- Componente Conductual: Es la predisposición a la acción o la acción misma que el sujeto emprende al interactuar con el objeto de la actitud, pudiendo ser de apoyo u hostil. (Por ejemplo, si sigues una dieta, esto implica aprender recetas y saber qué comer, lo cual es una acción).
Etnocentrismo: La Cultura Propia como Referencia
El etnocentrismo parte del supuesto de que la propia cultura es superior a las demás. Analiza las otras culturas comparándolas con la propia, cuyos elementos y patrones considera como buenos, correctos y naturales, mientras que los ajenos los juzga como extraños o incluso inferiores.
Ejemplo: Los anglosajones pueden considerar la familia latina sobreprotectora hacia sus hijos y una carga para el desarrollo de la iniciativa individual. A la inversa, los latinos podrían opinar que los anglosajones los consideran como una institución que priva a los hijos del afecto y la protección de los padres.
Los problemas asociados al etnocentrismo incluyen la incomprensión, la intolerancia cultural y un exceso de cohesión en torno a los sistemas normativos propios, dificultando la apertura a otras perspectivas.
Relativismo Cultural: Todas las Culturas Tienen el Mismo Valor
El relativismo cultural postula que todas las culturas tienen el mismo valor, es decir, no existen culturas superiores ni inferiores. Sin embargo, el problema radica en que, si bien desde nuestro punto de vista esto puede parecer positivo, no siempre lo es, ya que puede dar lugar a la tolerancia hacia rasgos inadmisibles que atentan contra principios universales como la libertad, la igualdad o el respeto.
Ejemplo: La mutilación genital femenina o la esclavitud son prácticas que, bajo un relativismo extremo, podrían ser justificadas culturalmente, a pesar de violar derechos humanos fundamentales.
Xenocentrismo: La Admiración por lo Ajeno
El xenocentrismo es lo opuesto al etnocentrismo. Consiste en afirmar o sentir que la cultura de origen es inferior a otra. El principal peligro de esta actitud es el desarraigo cultural y la marginación, ya que la persona puede terminar por sentirse fuera de ambas culturas, sin una identidad clara.
Interculturalismo: Diálogo y Respeto en Igualdad
El interculturalismo se fundamenta en la premisa de que los derechos humanos están por encima de cualquier diferencia cultural. Consiste en manifestar respeto y tolerancia hacia todas las culturas y propone el encuentro, la comunicación permanente y el diálogo abierto con las demás culturas en un plano de total igualdad. (Ejemplo: El debate sobre el uso del burka en diferentes contextos culturales).