Explorando el Arte Flamenco del Siglo XVII: Rubens y Van Dyck

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Pintura en Flandes en el Siglo XVII

En la actual Bélgica, que se mantuvo católica, destaca la figura de:

Peter Paul Rubens (1577-1640)

Rubens fue un autor muy prolífico que, casi siempre, recurría a su taller. En él, dirigía la ejecución del cuadro y se encargaba de algunos detalles importantes. Pintor barroco por excelencia, sus cuadros se caracterizan por las típicas composiciones diagonales y asimétricas. Pintaba personajes de gran volumetría en ambientes sumamente recargados y ampulosos, con un gran sentido del movimiento. Abordó diversos temas:

  • Mitología: Trataba abundantemente el tema del desnudo con característicos tipos femeninos de sonrosadas y desbordantes carnes, como en Las Tres Gracias (Museo del Prado) y El Jardín del Amor.
  • Religión: Contra reformista, abordaba todos los temas de la ortodoxia católica, como en El Descendimiento.
  • Retratos: Destacan Enrique IV contemplando a María de Médicis y Retrato de María de Médicis.
  • Alegorías: Entre otros temas.

Educado en Amberes en círculos que admiraban la pintura italiana, realizó un viaje a Italia en 1600, donde estudió a los pintores venecianos, a Miguel Ángel, así como a sus contemporáneos Caravaggio y Carracci.

Volvió a Amberes en 1609, donde su habilidad diplomática le hizo asumir misiones que le obligaron a viajar a Francia, España e Inglaterra, lo cual contribuyó a difundir su obra en el mundo de la aristocracia.

En su trabajo en el taller, realizaba las composiciones y preparaba bocetos coloreados que sus discípulos copiaban. Luego, él los retocaba, a la vez que especialistas en arquitecturas, paisajes, animales o flores lo completaban. A pesar de esto, sus obras tienen una gran unidad y se caracterizan por su dinamismo, vitalidad y exuberancia. Su colorido es cálido, aprendido de los venecianos, especialmente de Tiziano.

Anton van Dyck (1599-1641)

Antonio van Dyck, discípulo de Rubens, aunque no tan vital y creador, destaca por sus elegantes retratos de la alta sociedad. Triunfó en Inglaterra, donde pasó los diez últimos años de su vida, decisivos para la formación de la pintura inglesa. Algunas de sus obras son: Autorretrato con E. Porter, Carlos I de Inglaterra, Guillermo II y Retrato de Carlos I a caballo.

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