Explorando la Belleza, el Arte y la Creatividad: Un Viaje a Través de las Formas Simbólicas

La Naturaleza de la Belleza

Se considera que algo es bello cuando es depositario del valor de la **belleza**. Un objeto es bello cuando la materia de la que está hecho participa de la belleza, gracias a la forma que le ha conferido el artista. Por esta razón, la belleza se ha definido como “el esplendor del orden”, ya que surge de un cierto orden inherente a la realidad. Según los pensadores clásicos, una forma bella posee tres cualidades fundamentales: **proporción**, **integridad** y **claridad**. Es decir, una forma que es armoniosa, completa y luminosa.

El Significado de la Obra Artística

Existen diversas maneras de interpretar el significado y la función del arte dentro de la cultura. A continuación, se presentan algunas perspectivas clave:

• Formalismo estético: Esta corriente considera que el valor de una obra reside en su **forma**. El elemento fundamental es su estructura y composición.
• Expresionismo: La interpretación expresionista del arte otorga mayor importancia a la capacidad de la obra para evocar **emociones** en el espectador. El valor reside en su poder para expresar sentimientos.
• Simbolismo: Según la teoría simbolista, el valor de una obra de arte radica en su capacidad de **simbolización**. Es decir, en su fuerza para sugerir múltiples interpretaciones de la realidad.

Creatividad y Proceso Creativo: Perspectivas de Cassirer y Poincaré

Ernst Cassirer y la Capacidad Simbólica Humana

En su obra Filosofía de las formas simbólicas (1923-1929), Ernst Cassirer desarrolló una teoría de base neokantiana que definía las grandes formas simbólicas presentes en la cultura. Para Cassirer, el arte es una **"forma simbólica"** auténtica, distinta de la formalización propia del lenguaje, el mito o la ciencia. El arte proporciona orden en la aprehensión de las apariencias visibles, tangibles y audibles.

La característica específica del arte, según Cassirer, es que constituye un lenguaje que se ocupa de las **formas de las cosas**. La percepción estética se sitúa en un orden más complejo que la percepción sensible ordinaria, ya que el arte no se conceptualiza, sino que se *perceptualiza*: se crean formas sensibles. La esfera del arte es la esfera de las **puras formas**: un universo de siluetas, diseños, melodías y ritmos. El arte es un tipo particular de lenguaje que no utiliza símbolos verbales, sino **símbolos intuitivos**.

Quien no comprende estos símbolos intuitivos queda excluido del mundo del arte. Esto no solo implica la privación del goce estético, sino también la imposibilidad de acceder a una de las dimensiones más profundas y enriquecedoras del ser humano.

Cassirer señala que, aunque el lenguaje y la ciencia son los dos procesos principales mediante los cuales determinamos nuestros conceptos del mundo exterior (y en esto se asemejan al arte), en cada caso existe un énfasis diferente. El lenguaje y la ciencia dependen del mismo proceso de **abstracción**, mientras que el arte puede describirse como un proceso de **concreción**.

Más allá de la concreción puramente perceptual de apreciación y significado, emerge una nueva estructura desde la cual contemplar la experiencia. El ser humano no venera las obras de arte, sino que las contempla, abriéndose así a la **experiencia estética**.