Explorando la Escultura Romana: Orígenes, Evolución y Retratos

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Introducción

El Arte Romano se inicia en estrecha conexión con el Arte Etrusco y con el de las colonias griegas de la Magna Grecia, de cuya cultura es directo heredero. Incorpora, además, múltiples elementos de las diversas culturas mediterráneas bajo dominio romano, creando un sincretismo característico.

Se desarrolla fundamentalmente a partir del siglo III a.C. y evoluciona con homogeneidad hasta el siglo V d.C., a través de las etapas que marcan su evolución política: República (hasta el año 27 a.C.), Alto Imperio (hasta el siglo III d.C.) y Bajo Imperio (siglos IV y V d.C.).

La Escultura Romana

En la escultura romana es clara la influencia helénica, particularmente en las de carácter religioso, y también la influencia etrusca, sobre todo en el realismo del retrato.

Escultura religiosa

En los temas mitológicos encontramos fundamentalmente copias de obras griegas.

Se observa una tendencia evolutiva desde el idealismo griego en la República y el Alto Imperio hacia el hieratismo y rigidez de las últimas realizaciones del Bajo Imperio.

El Retrato

El retrato es la aportación romana más original a la escultura. Su origen está en una antigua práctica funeraria de culto a los antepasados, que era la de crear “imagines maiorum”. Cuando algún patricio moría se sacaba de su rostro una mascarilla de cera, que se guardaba en casa y se exhibía en los funerales o en otras ceremonias públicas.

Su característica principal, por tanto, es la fidelidad en los rasgos y en los tocados (en este caso sobre todo en el retrato femenino).

Período Republicano

En los retratos de época republicana la escultura romana es de gran realismo, con los rasgos faciales muy acentuados. La escultura consiste en un busto corto, que sólo representa cabeza y cuello. Los hombres llevan el pelo corto.

Tiene su origen en las "imágenes maiorum" de cera.

Ejemplos:

  • Lucio Junio Bruto: romano o etrusco indiferentemente.
  • Pompeyo: de gran realismo y penetración psicológica.

Retratos Imperiales

En el retrato de cuerpo entero de los emperadores del Alto Imperio encontramos tres versiones:

  • “Imagen togata”, como patricio o pontífice máximo, con toga. Ejemplo: el Retrato togato de Augusto, en el que la postura marca el contraposto y la cabeza está cubierta.
  • “Imagen thoracata”, como imperator, jefe militar, o cónsul, con indumentaria militar, con coraza. Ejemplo: el Retrato toracato de Augusto o Augusto de Prima Porta. Augusto se está dirigiendo al ejército, por lo que está vestido de militar y con el brazo en alto. Se esculpe con precisión el contraste entre la coraza lisa y dura y la tela blanda; la coraza está llena de relieves alusivos a la paz augusta y en la parte interior hay una figura infantil sobre un delfín, alusiva al origen divino de la familia Julia.
  • “Imagen apoteósica”, heroizado o como divinidad, desnudo, corona de laurel y el atributo de algún dios. Ejemplos: El Retrato apoteósico de Augusto o el de Claudio heroizado.

En los retratos de los primeros emperadores, principios del siglo I d.C., se observa una tendencia hacia cierto idealismo, por influencia griega, por lo que podemos hablar de un realismo idealizado en el que los rasgos más acusados se disimulan.

Ejemplos:

  • Los mencionados retratos de Augusto, los de Calígula, etc.
  • Pero a partir de Claudio y Nerón se vuelve al realismo romano, como podemos apreciar en el anteriormente citado Claudio Heroizado.

En los retratos de los siglos II y III se tiende a un progresivo barroquismo. El pelo se esculpe más largo y separado de la cabeza, con rizos muy abultados, aparecen las barbas, etc. Desde Adriano y sobre todo a partir del siglo III se graban las pupilas.

Ejemplos:

  • Adriano: obra del siglo II, los ojos están tallados y no policromados, lleva barba y el pelo está muy marcado, largo y trabajado con el trépano con mucha delicadeza.

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