Explorando la Filosofía Aristotélica: Ética, Felicidad y la Importancia de la Política

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La Ética según Aristóteles

Todo cuanto existe tiende a un fin, que es la perfección. Esta máxima perfección se identifica con el bien. Pero, ¿cuál es el bien supremo o fin último del hombre? Aristóteles responde que es la felicidad. Y ¿en qué consiste la felicidad? Aristóteles responde que la felicidad humana consiste en alcanzar la perfección de lo que es más propiamente humano, que es la racionalidad, el pensamiento. Así, la felicidad humana consistirá en la contemplación.

Pero Aristóteles considera que esta felicidad sólo es alcanzable para el hombre en determinados momentos de su vida. El hombre no puede alcanzar la felicidad absoluta de Dios, sino que ha de contentarse con una felicidad limitada. La felicidad exige:

  • La posesión de bienes corporales (salud).
  • La posesión de bienes exteriores (medios económicos).
  • La posesión de virtudes morales.

Las virtudes morales consisten en actuar según “el término medio” entre extremos viciosos y se adquieren con el hábito. Si nos preguntamos cómo determinar cuál es el término medio de cualquier situación, tendremos que recurrir a la prudencia que será la virtud por excelencia. Aristóteles recurre a la figura del “hombre prudente” como modelo de nuestras acciones. El vicio consiste en cualquier extremo por defecto o por exceso, así hacer demasiado ejercicio será tan vicioso como no hacer ejercicio, aunque el término medio es algo que es relativo a cada persona, cada cual tiene que decidirlo. Esta prudencia es necesaria para decidir qué hacer para ser feliz, forma parte de lo que Aristóteles llama “virtudes dianoéticas”. Hay dos tipos de virtudes: las virtudes éticas o del carácter y las virtudes dianoéticas. El objetivo de ambas es el mismo, llevar una vida buena para alcanzar la felicidad.

La Política según Aristóteles

Aristóteles afirma que el hombre es social por naturaleza, piensa que el ser humano tiende a vivir en sociedad. Es pues un ser o animal político y la comunidad política es algo natural, algo que surge por el desarrollo natural del hombre. El individuo aislado no puede satisfacer sus necesidades ni desarrollar todas sus capacidades. El hombre es un animal político porque posee el logos, el lenguaje. Esto nos indica que la naturaleza destinó al hombre para vivir en sociedad, y por tanto, la convivencia no es algo accidental para el hombre sino sustancial, sin ella el hombre no podrá alcanzar su fin, la felicidad. También sostiene Aristóteles que el Bien Común es superior al Bien Individual. En el fondo son la misma cosa y consisten en la Felicidad, pero el hombre se limita a buscar la felicidad individual, nada le diferencia de las bestias, pero al formar una comunidad que se orienta con el fin de vivir bien y en cuya realización alcanzarán la felicidad, el Bien de todos se pone por encima del Bien de uno. Aristóteles no filosofa sobre un Estado utópico y considera que en cada caso habrá que tener en cuenta las circunstancias geográficas, económicas o psicológicas de los pueblos. Habla de tres formas lícitas de gobierno: monarquía, aristocracia y democracia, cuya diferencia está en el número de los que gobiernan. La monarquía es el gobierno de uno solo, la aristocracia de unos pocos y la democracia el gobierno de todos, pero todas ellas son buenas formas de gobierno porque se preocupan sobre el bien común. Cuando estas formas se ocupan de sus propios intereses, degeneran en tiranía, oligarquía y demagogia. De todas formas, su tendencia al término medio le lleva a pensar que la mejor forma de gobierno es una república, una democracia intermedia.

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