Explorando la Filosofía de Platón: Teoría de las Formas y Estructura Tripartita del Alma
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Platón
La Teoría de las Formas
Aunque Platón menciona a Dios en diversos lugares, no es claro hasta qué punto toma literalmente tales alusiones. Cuando habla de Dios en singular, no se refiere a la concepción de Dios que nos resulta familiar por la Biblia, un ser personal que se relaciona con los individuos y que interviene en la historia humana, sino que Dios o lo divino se identifican con la razón en el universo.
Platón no tarda en percatarse de que el conocimiento humano no es simplemente un asunto de mera observación pasiva de las cosas y los acontecimientos en el mundo que nos rodea. Nuestro conocimiento extraña comprensión y, en la medida en que interpretamos activamente los datos que recibimos a través de nuestros órganos sensoriales, aplicamos conceptos para clasificar y organizar mentalmente lo que percibimos usando nuestras facultades racionales.
Los cuatro aspectos importantes de las formas son:
- El lógico o semántico (significados y los conceptos).
- El metafísico (relacionado con lo que es real).
- El epistemológico (lo que podemos conocer).
- El moral o político (el mundo en que deberíamos vivir).
Es su papel de conceptos o principios de clasificación lo que da un significado a los términos generales. No hay nada que literalmente tengan en común todas las instancias de un determinado concepto; solo ciertas similitudes.
Un importante aspecto metafísico es que Platón piensa en ellas como entidades que son más reales que las cosas materiales, pues no cambian, no se deterioran ni dejan de existir. Los objetos materiales e individuales se dañan y se destruyen, pero las Formas no están en el espacio ni en el tiempo y solo se pueden conocer a través de la razón.
La mayoría de la gente suele interesarse únicamente por las sombras, mientras ignora en absoluto la realidad última. Pero Platón piensa que mediante un proceso educativo es posible que los hombres (o los más capacitados) alcancen el conocimiento del mundo de las Formas.
Platón estaba impresionado por la certeza y precisión del conocimiento matemático, al que todo ser humano debe aspirar. Así pues, recomendó la matemática como un medio educativo vital para desvincular la mente de los objetos perceptibles.
La Forma del Bien es preeminente en Platón, pues desempeña en su sistema un papel que se asemeja, prácticamente, al de Dios y es descrita como la fuente de toda realidad, verdad y bondad.
La teoría de las Formas es una de las primeras y mejores expresiones de la esperanza de poder alcanzar un conocimiento fiable sobre el mundo en tanto que totalidad como sobre el comportamiento adecuado del hombre y de la sociedad.
La Estructura Tripartita del Alma
El alma o mente humana es una entidad inmaterial que puede existir separada del cuerpo. Según Platón, el alma existe antes del nacimiento; es indestructible y existirá eternamente después de la muerte.
Platón sostuvo que es el alma inmaterial, y no los sentidos corporales, la que obtiene el conocimiento de las Formas.
Lo que es realmente central en la principal discusión moral platónica es su teoría de las tres partes del alma. Se puede considerar una distinción entre tres aspectos diferentes de la naturaleza humana. Es posible reconocer en nuestro interior la existencia de tendencias internas conflictivas.
Nos abstenemos de satisfacer nuestras necesidades corporales por diversas razones. Y a la inversa, algunas veces nos descubrimos cediendo a las tentaciones, aun cuando sabemos que las consecuencias pueden ser malas para nosotros. Los malos hábitos pueden tomarse notoriamente adictivos.
Las partes son las siguientes: APETITO, RAZÓN Y ÁNIMO.
Platón señala que los niños demuestran poseer ÁNIMO antes de exhibir RAZÓN, debido a su carácter animoso, a su seguridad en sí mismos, a su obstinación y a su agresividad y tiranía. Platón asegura que el ÁNIMO está del lado de la RAZÓN cuando surge un conflicto interno; es imposible que se den casos en los que el ÁNIMO entre en conflicto con la RAZÓN.
En el Fedro compara el alma con un carro arrastrado por un caballo blanco (ÁNIMO) y uno negro (APETITO) y conducido por un auriga (RAZÓN) que lucha por mantener el control.
El último rasgo de la teoría platónica de la naturaleza humana es el hecho de que somos irremediablemente seres sociales: vivir en sociedad es algo natural para el hombre. Los individuos no son autosuficientes; todos tenemos muchas necesidades que no se dejan satisfacer por uno mismo.