Explorando la Modernidad y el Simbolismo en Baudelaire: Correspondencias y Dualidades
Clasificado en Griego
Escrito el en español con un tamaño de 2,57 KB
Modernidad según Baudelaire
Baudelaire inaugura la modernidad. En Las flores del mal, el poeta sigue siendo un ser superior, pero es un Ícaro patético e irrisorio, cuyas alas de gigante le impiden caminar. Su universo es a la vez cerrado e infinito, y su existencia es un drama que comporta cuatro aspectos principales, reiteradamente identificados por Baudelaire.
- El tema del doble tenebroso.
- Actualiza la dualidad vivida según el modelo atractivo y repulsivo a la vez.
- Es la figura hermética por excelencia, que confiere al texto las características del hermafrodita.
- Consecuencia directa de los anteriores: postula la iniciación y la transformación del fango en oro puro.
Baudelaire, inscribe finalmente la equivalencia del cielo y del infierno, del bien y del mal.
Correspondencias: Un Pilar del Simbolismo
Este poema muestra uno de los pilares del simbolismo: la creencia de que el mundo y todas sus criaturas están unidas en un significado superior y trascendente. El poeta es el único capaz de desentrañar estos significados ocultos. Comienza con la metáfora que identifica la creación con un templo de pilares vivientes. Todos los seres vivos y demás elementos de la creación son parte de ese significado. La concepción de la naturaleza como un templo implica que llegar a descifrar sus ocultos mensajes solo es posible si se es un iniciado que conoce las claves para participar en la liturgia. El ser humano atraviesa entre esos bosques de símbolos que intentan conectar con él, transmitirle el mensaje.
La segunda estrofa explica que todo lo que existe forma parte de una unidad tenebrosa profunda. Esa unidad cósmica es a la vez luz y noche. Esta antítesis indica que la naturaleza es variada y diversa. En este mundo todo está relacionado con todo. Estos dos cuartetos forman la primera parte del poema. Los dos tercetos constituyen la segunda parte y en ella el autor nos muestra cómo algunas de estas analogías son positivas y conducen a la virtud. El primer terceto es el de las analogías positivas. El mundo de los sentidos es un tema esencial en Baudelaire. Vemos que hay perfumes frescos. Esta sensación olfativa tiene su correspondencia en elementos táctiles, musicales y cromáticas. El último verso de este terceto muestra la otra cara de la moneda: otros perfumes conducen al vicio, pues son corrompidos, ricos y triunfantes. Estos perfumes tienen la virtud de expandir el misterio, de suprimir la frontera que separa la realidad del mundo ideal a través de una sobrecarga de los sentidos.