Explorando lo Sagrado: Conceptos Fundamentales de la Creencia y lo Divino

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Lo Sagrado: Concepto y Percepción Humana

Sagrado es aquello que el ser humano considera merecedor de veneración porque es propio de la divinidad. Es algo tan alejado de su vida cotidiana y tan desconocido que cree que es merecedor de un trato especial. El ser humano se encuentra alejado y sorprendido por lo sagrado, que le resulta desconocido. Ese desconocimiento genera temor y puede convertirlo en peligroso. Todo lo que se refiere a los dioses tiene otra dimensión y se encuentra a gran distancia de lo cotidiano. Lo sagrado pertenece al ámbito de lo religioso y es intocable: personas, animales, etc.

Lo Sagrado como lo Divino

Lo sagrado siempre genera dependencia, sumisión y temor. El sentimiento de dependencia que se tiene de lo misterioso define a lo sagrado como divino; provoca en el ser humano atracción y rechazo, admiración y temor, y siempre invita a la veneración. Para acercarse a lo sagrado, el ser humano ha imaginado fórmulas de aproximación. Ha recurrido a gestos, tatuajes, adornos, sonidos, danzas, etc.

Estos símbolos y objetos sagrados ayudan al ser humano a ponerse en contacto con la divinidad.

El Cuerpo Sacerdotal: Intermediarios de lo Divino

Cuando uno de estos intermediarios ha conseguido esta preparación y se le reconocen sus poderes, se le denomina persona consagrada. Esto le otorga una consideración especial dentro de la comunidad. Al conjunto de estas personas dotadas de esos poderes sagrados se le denomina cuerpo sacerdotal de una religión. Estos intermediarios, antes de dirigirse a lo sagrado, realizan actos rituales purificadores, tal como lo exige el contacto con lo divino.

El Tabú: Lo Prohibido por Sagrado

Tabú es una palabra de origen polinesio que significa "no tocar", y con ella se hace referencia a lo que es intocable y prohibido por ser sagrado. Solo el intermediario entre el mundo profano y sagrado puede tocarlo. Si los demás lo tocaran, sería una profanación.

Hay conductas y actos prohibidos, pues se considera que proceden de órdenes divinas. También existen prohibiciones sobre lugares que no deben pisarse, objetos que no deben tocarse, etc.

El Misterio y el Compromiso con lo Divino

Este compromiso obliga al creyente a aceptar la separación entre él y lo divino. Lo humano es visible y manejable, se puede conocer y cambiar, forma parte de nuestra vida cotidiana. Lo divino se presenta como misterioso, como algo oculto o secreto; es invisible, es extraño y superior. No se puede ver ni oír, e incluso se sospecha que tiene poderes destructivos. El creyente confía en que, si se comportan como los dioses quieren, estarán a salvo.

La Manifestación y Representación de los Dioses

Los seres humanos parecen dispuestos a establecer un pacto con los dioses, pero estos se ocultan porque pertenecen al mundo del misterio de lo divino. El ser humano debe imaginarlos a la vista de las señales con las que se manifiestan. Solo puede aspirar a interpretar esas señales y tratar de representarlos en algún tipo de figura. Por ello, determinados objetos se convierten en símbolos de la divinidad. A estos símbolos se les atribuye la misma fuerza que se supone que tiene el dios al que representan, por ejemplo, los ocho brazos de la diosa Kali.

Religión y Confianza Colectiva en las Sociedades Primitivas

Cuando en la historia de la humanidad surgieron las primeras formas religiosas, el ser humano vivía en grupos reducidos. En ellos, cada uno dependía de los demás en todo y para todo. El compromiso con la divinidad afectaba al individuo y al conjunto; era un fenómeno colectivo. Además, que todo el grupo compartiera los mismos compromisos aumentaba la confianza en la resolución. Imaginaban que entre todos podrían comprometer más a la divinidad. De este modo, lo religioso formó parte de su organización social.

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