Explorando De Stijl y el Constructivismo Ruso: Arte, Filosofía y Revolución
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De Stijl: El Arte Neoplástico y la Búsqueda de lo Absoluto
El movimiento De Stijl, originario de los Países Bajos, un país reconocido por su innovación, crea el arte neoplástico. Este grupo de vanguardia artística radical buscaba transformar el arte basándose en un neoplatonismo, una vuelta a Platón. El referente intelectual clave fue Schoenmackers, un filósofo neoplatónico que proporcionó la base teórica y propuso un arte absoluto.
La conexión con Platón radica en la búsqueda de un ideal, algo perfecto y superior. En este caso, se aspiraba a un arte universal, preocupado por el bienestar y la felicidad global, reflejando el ideal platónico de felicidad. Sin embargo, De Stijl adoptó un radicalismo ausente en Platón, llegando a la conclusión de que el arte absoluto debía basarse exclusivamente en líneas verticales y horizontales, así como en los colores primarios.
Mondrian fue el pintor más destacado del grupo, logrando la armonía a través de un rigorismo extremo. Esto condujo a la creación de la famosa Casa Schröder, que revolucionó la arquitectura clásica. El movimiento abarcó muebles, arquitectura y diseño interior. Aunque carecían de un sólido respaldo teórico, sus integrantes eran genios artísticos. El movimiento decayó en pocos años cuando su líder comenzó a inclinarse por la línea oblicua, lo que contradecía los principios filosóficos del movimiento y provocó su disolución.
Constructivismo Ruso: Arte al Servicio de la Revolución
El Constructivismo Ruso fue una vanguardia artística estrechamente ligada al comunismo ruso, un régimen que se impuso a principios del siglo XX. Integrado principalmente por jóvenes artistas, buscaba poner el arte al servicio del nuevo régimen político. Se trataba de un arte completamente politizado, al servicio de una ideología específica, como ya ocurría con el futurismo.
Este movimiento fue muy heterogéneo, con diversas tendencias, pero la que prevaleció fue el servicio a la revolución comunista. Su objetivo principal era la creación sin buscar la estética o la belleza, consideradas decadencia burguesa. En cambio, valoraban el aspecto técnico-constructivo del arte, es decir, la construcción de artefactos artísticos, lo que implicaba un compromiso con la industria. Para ellos, la industria más poderosa era la de la URSS, y este arte debía servirla.
Se produjo una ruptura con la simetría en el arte, considerada propia de lo antiguo, y se defendió la asimetría como una forma de romper con el arte tradicional. Ginzburg fue el principal teórico del movimiento, aunque la teoría resultó insuficiente. El propio comunismo soviético prohibió el constructivismo; inicialmente lo apoyó, pero con la llegada de Stalin al poder en los años 30, lo prohibió por considerarlo un arte demasiado extraño y difícil de entender para el pueblo soviético, a pesar de su intención de colaborar con la revolución.