La Fábula, Sátira y Epigrama en la Literatura Latina: Orígenes y Autores Clave
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I. La Fábula: De Grecia a Roma
Introducción al Género
Hoy entendemos por fábula un relato en el que intervienen animales que reproducen los defectos y virtudes del comportamiento de los seres humanos, terminando con una moraleja en la que se demuestra la enseñanza que la fábula pretende aportar. Se considera que Esopo, un esclavo frigio, inventó el género tal cual y recopiló las fábulas en el siglo VI a. C., a partir del cual se irán compilando, adaptando, estudiando y utilizando durante toda la época helenística gracias a su carácter popular y expresivo.
Cayo Julio Fedro (aprox. 15 a. C. - 50 d. C.)
Originario de Macedonia, Fedro llegó a Roma como esclavo de Augusto. Publicó, con el título de Fabulae Aesopiae, un total de 101 fábulas repartidas en 5 libros, a las que deben añadirse otras 36 recopiladas en el Renacimiento por el humanista Nicolás Perotto y que se conocen con el nombre de Appendix Perottina.
Aunque en un principio parezcan meras traducciones de Esopo, a lo largo de su obra Fedro nos ofrece una perfecta romanización del género literario griego, adaptando las situaciones y los hechos satirizados en sus modelos para incluir referencias y críticas a la sociedad romana de su época.
II. La Sátira
Características del Género
En un principio se denominó satura a un tipo de representación dramática que mezclaba diálogo, danza y canto sin argumento unitario. Ennio denominó Saturae a una colección de poesías de tema y metro variados, con lo que fue considerado por Horacio como el creador del género.
Con Lucilio, se configura la Satura como género a partir de los 30 libros que compuso al volver de Hispania bajo el mando de los Escipiones. En ellos emplea el hexámetro como verso para sus críticas, si bien, para diferenciarse del estilo de la épica, su lenguaje es popular y a veces grosero.
Horacio (65 - 8 a. C.)
A pesar de los temas abordados, las sátiras de Horacio son obras de arte, poesías cuidadas con la maestría que le caracteriza. La obra satírica de Horacio son los Sermones, dos libros con 18 sátiras en hexámetros con las que el género literario alcanzó unas cotas de perfección literaria. Sin embargo, algunos consideran que la crítica en su contenido es escasa, sobre todo si se compara con el resto de la obra de Horacio, ya que las circunstancias de su tiempo no permitían llevar la crítica y los ataques personales a los extremos a que se habían llevado en los primeros siglos de la República.
Persio (34 - 62 d. C.)
Aulo Persio Flaco era de origen etrusco y familia pudiente. Solo compuso seis sátiras (con un total de unos 600 versos) que dejó inconclusas a su temprana muerte, por lo que su maestro Cornuto las retocó y las publicó.
Juvenal (Siglos I - II d. C.)
Apenas sabemos nada de Décimo Junio Juvenal: se supone que nació a mediados del siglo I d. C. y que murió en torno al 127 d. C., lo que quiere decir que sobrevivió al funesto principado de Domiciano.
Utiliza el término sátira para atacar y criticar no la sociedad romana de finales de su vida, cuando compuso sus 16 sátiras, sino la época anterior, la que sufrió en su juventud. Esta crítica se hace extensiva al presente porque los defectos de aquella sociedad se perpetúan y se hacen difíciles de eliminar.
III. El Epigrama
Orígenes y Evolución del Género
El término proviene del griego y significa “inscripción”, y se usa para referirse a las composiciones literarias destinadas a ser grabadas en piedra. Los primeros epigramas fueron breves poemas pensados para su inscripción con carácter votivo o funerario. Son célebres los epigramas atribuidos a Simónides de Ceos (siglo VI a. C.). Este tipo de Epigrama arcaico, elogioso y funerario, está documentado en Roma en el corpus de primitivos elogia (inscripciones laudatorias).