Fábulas de Esopo: Enseñanzas y Moralejas
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Zeus y la Serpiente
Celebrando Zeus sus bodas, todos los animales llevaron regalos, cada uno según su propia capacidad. Una serpiente, arrastrándose, subió al Olimpo llevando una rosa en su boca. Zeus, viéndola, dijo: “De todos los otros cojo los regalos, pero de tu boca no lo cojo”. La fábula demuestra que los favores de los malvados son terribles.
La Gallina de los Huevos de Oro
Alguien tenía una gallina que ponía huevos de oro, y creyendo que dentro de esta había abundancia de oro, matándola, encontró a esta igual a las demás gallinas. Este, esperando encontrar constante riqueza, también se vio privado de aquellas pequeñas ganancias. La fábula demuestra que es necesario contentarse con lo que se tiene y huir de la insaciabilidad.
El Cazador y la Perdiz
Alguien, cazando una perdiz, estaba a punto de degollarla; esta suplicaba diciendo: "Deja que yo viva; en mi lugar yo cazaré para ti muchas perdices". Este contestó: "Por eso mismo todavía más te mataré, porque quieres engañar a tus parientes y amigos". No hay nada peor que un traidor.
La Liebre y la Tortuga
Una tortuga y una liebre discutían sobre su rapidez, y fijando una meta y un lugar, se marcharon. Así pues, la liebre, a causa de su natural rapidez, se descuidó de la carrera, tirándose al lado del camino se durmió. La tortuga, siendo consciente de su lentitud, no dejaba de correr, y así, pasando al lado de la liebre que dormía, llegó al premio de la victoria. La fábula demuestra que muchas veces el esfuerzo vence más que la naturaleza descuidada.
La Tortuga y el Águila
Una tortuga le pedía a un águila que ella le enseñara a volar. Advirtiéndole esta que esto fuera de su naturaleza, aquella insistía más en su petición. Así pues, cogiéndola con sus garras y subiéndola a las alturas, después la soltó. Cayéndose sobre las rocas, se rompió. La fábula demuestra que muchos, desobedeciendo a los más prudentes en el deseo de vencer, se hicieron daño.
Las Moscas y la Miel
En cierta derramada despensa de miel, las moscas revoloteando se la comían. A causa de la dulzura del producto, no se apartaban. Pegándose sus patas, como no podían volar, ahogándose, decían: “Desgraciadas nosotras que a causa de un corto placer morimos”. Así, muchas veces la glotonería llega a ser la causa de muchos males.
Los Pescadores y el Atún
Unos pescadores, saliendo de pesca, ya que después de mucho tiempo no capturaron nada, no sólo estaban muy desconsolados, sino que se preparaban para volver. Al punto, un atún, perseguido por uno de los peces más grandes, entró en el barco de ellos. Estos, cogiéndolo, se marcharon con gusto/placer. La fábula demuestra que muchas veces lo que no proporcionó el oficio, lo proporcionó la suerte.