Fábulas de Esopo: Reflexiones sobre la Maldad, la Esperanza, la Alegría y la Vanidad
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Zeus y la Serpiente
Celebrando Zeus sus bodas, todos los animales llevaron regalos, cada uno según su propia capacidad. Una serpiente, arrastrándose, cogió una rosa en la boca y subió. Zeus, habiéndola visto, dijo: "Cojo los regalos de todos los demás, en cambio, no cojo los de tu boca".
La fábula muestra que las gracias de los malvados son terribles.
Zeus y la Tinaja de los Bienes
Zeus, habiendo colocado todas las cosas buenas en una tinaja, la dejó junto a un hombre. El hombre, curioso, queriendo saber qué había en la tinaja, quitó la tapadera y todas las cosas volaron hacia los dioses. Huidas las cosas buenas para los hombres, quedó solo la esperanza, que garantiza dárselas.
El Sol y las Ranas
Las bodas del sol se celebraron en verano. Todos los animales se alegraron por esto, y se regocijaban las ranas también. Una de estas dijo: "¡Oh, insensatas! ¿Por qué os regocijáis? En efecto, si estando solo el sol seca todo el pantano, y habiéndose secado naciera un niño semejante a él, ¿qué mal no sufriremos?".
La fábula muestra que muchos de los que tienen la inteligencia más ligera se alegran por cosas que no tienen gracia.
El Citarista
Un citarista sin talento, cantando sin interrupción en una casa encalada, habiendo extendido la voz en ella, pensó que él era de muy buena voz y, habiéndose exaltado por esto, decidió que también debía ir al teatro. Habiendo llegado a la escena y cantando muy mal, fue alcanzado por piedras y sacado. Así también, algunos de los oradores, pareciendo ser alguien en las escuelas, cuando han llegado a las carreras políticas, se encuentran dignos de nada.
Esta fábula nos enseña sobre la vanidad y la importancia de la humildad.
El Perro y el Trozo de Carne
Una perra, llevando un trozo de carne, atravesaba un río. Habiendo visto su propia sombra en el agua, creyó que la otra perra tenía un trozo de carne mayor. Por ello, habiendo soltado el propio, saltó para quitar el de aquella y le sucedió que fue privada de ambos: de uno por no obtenerlo, porque nada había, y el otro porque fue arrastrado por el río.
La fábula es oportuna para el varón avaricioso.
El Mosquito y el Toro
Un mosquito, tras ponerse en el cuerno de un toro y detenerse allí por un largo rato, cuando iba a marcharse, preguntó al toro si quería que él ya se fuera. Y este le dijo: "Es que ni cuando viniste me enteré, ni si te vas me enteraré".
Uno utilizaría esta fábula para un hombre inútil que, no estando presente ni estando ausente, es molesto ni útil.