La Fachada de Santa Susana (1603): Estratificación y Dinamismo en la Arquitectura Barroca Romana
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Santa Susana (1603): Arquitectura y Dinamismo Barroco
Composición General de la Fachada
La fachada de Santa Susana se compone de dos cuerpos articulados por medio de órdenes clásicos, coronándose con un poderoso frontón, mientras delicados aletones salvan la diferente anchura de los dos cuerpos. La fachada se teje sobre unos encuadres definidos por la interacción de elementos:
- La trama de líneas verticales: columnas, pilastras y fajas.
- La urdimbre de líneas horizontales: entablamentos, impostas y líneas corridas.
Sobre este encuadre se incorporan los vanos, y se añaden finalmente los acentos ornamentales.
Relación con el Urbanismo y Estructura de Cuerpos
Su fachada se orienta de pleno ante una calle recta, lo que constituye un concepto novedoso y profundamente Barroco. Esta obra está muy ligada al nuevo urbanismo de la época. La fachada se organiza en dos cuerpos unidos por aletones:
- El cuerpo inferior presenta cinco calles.
- El cuerpo superior presenta tres calles.
La composición presenta un gran dinamismo: las calles del extremo están en una cota inferior a las otras, siendo la central la más saliente. En los laterales del cuerpo inferior se colocan pilastras y después unas columnas adosadas. En el cuerpo superior se disponen pilastras y dos pequeñas columnas centrales. Es crucial notar que las columnas adosadas aportan mayor volumen, movimiento y sombra que la pilastra plana.
Estratificación y Relieve
En Santa Susana, las columnas y pilastras no se sitúan en el mismo plano; se disponen en estratos cuyo punto más sobresaliente es el intercolumnio central. Además, los elementos ubicados en estos estratos ganan en relieve. En el cuerpo inferior, la organización de las calles extremas es progresiva:
- Se inician con pilastras.
- Luego aparecen poderosas columnas semi-empotradas.
- Finalmente, columnas enteras.
Esta estratificación se comunica directamente al arquitrabe, intensificando la sensación de profundidad.
El Frontón y el Impulso Ascensional
Merece especial comentario la solución aplicada a los extremos del frontón del cuerpo superior. Los extremos acaban sobre capiteles de pilastras. En ellos, el entablamento se quiebra para volver a mostrarse en los flancos sobre otros capiteles que cabalgan en los alerones laterales. Este hecho persigue un doble propósito:
Objetivos de la Solución del Frontón:
- Dar solidez y peso a la fachada, evitando el efecto de debilidad que provoca una delgada pilastra en un ángulo.
- Recoger el afortunado impulso ascensional de las rampantes volutas que contribuyen al movimiento general de la fachada.
La inesperada balaustrada acentúa la sensación de ligereza y proporciona un último impulso vertical. Los remates, los airosos flameros y la cruz central se integran perfectamente en la composición.
Acentuación Ornamental y Énfasis
La acentuación ornamental respeta y matiza las tensiones de cada campo, introduciendo puntos de énfasis que exigen una mayor atención. Los capiteles y las coronaciones de diverso tipo dan el toque preciso de concentración. La ornamentación se distribuye estratégicamente:
- Guirnaldas (una suave cadencia) se sitúan en las zonas de capiteles de las calles extremas.
- Cartelas oblongas se colocan en las laterales, funcionando como solución de compromiso entre la horizontalidad dominante y el eje de composición vertical creado por los huecos.
En los tímpanos superpuestos del intercolumnio central se suceden motivos especialmente atractivos, culminando con el gran escudo de coronación en el frontón, que se inclina solemne y graciosamente hacia adelante.