La Familia: Cimiento del Desarrollo Personal y la Socialización Infantil

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La Comunidad Familiar: Pilar del Desarrollo Personal

El niño no experimenta primariamente a la familia como una institución social. Para él, la familia es un mundo completo de personas y significados de gran importancia, siendo, al principio, su único mundo.

También podríamos definir a la comunidad familiar como una verdadera sociedad de personas unidas por vínculos espirituales y materiales, y fundamentada en el amor.

En la comunidad familiar, el amor es el principio que la origina y el motor que la mantiene unida. Es fundamental crear una conciencia comunitaria en la familia basada en el amor, donde ninguno de sus miembros deba considerarla como un mero instrumento a su servicio.

La Formación de la Identidad y la Autoestima

La autoestima y confianza que el niño tiene de sí mismo dependen directamente de la estima y confianza que en él depositen las personas que le rodean.

La identidad personal se constituye por diferenciación de los demás. La construcción del "yo" tiene lugar en la relación comunicativa con aquellas personas que le proporcionan un modelo de identificación emocional. El proceso de formación del yo se desarrolla en relación con los "otros significativos", es decir, quienes le proporcionan un modelo sobre el que conformar su conciencia individual.

Esta identificación personal enriquece también la formación social. Por otro lado, la toma de conciencia del propio valor estimula la vida comunitaria familiar, ya que al cumplir sus respectivos roles, se enriquece la vida personal y social de todos sus miembros.

La fuerza socializadora de la familia proviene precisamente de su heterogeneidad: de la coexistencia de personas maduras y personas en vías de formación, así como de lazos materiales y espirituales. Esta formación familiar tiene una enorme resonancia en la futura adaptación social de sus miembros jóvenes.

La Familia Actual: Desafíos y Dinámicas de Interacción Social

Transformaciones en la Familia Nuclear

En la familia nuclear actual, se observa un número reducido de miembros y variaciones importantes en sus funciones socializadoras.

La educación social, iniciada en la comunidad familiar, debe integrar a los nuevos miembros en una sociedad y en una cultura. Sin embargo, la familia actual presenta algunas reducciones que repercuten en la formación social de sus miembros. Estas incluyen:

  • Reducción del tamaño de la vivienda.
  • Disminución del número de hijos.
  • Menor presencia de parientes que conviven en la familia.
  • Reducción de la presencia paterna y materna (en términos de tiempo).
  • Disminución del tiempo de convivencia entre los esposos.

Estas reducciones limitan el marco de posibles influjos sociales entre los miembros de la familia. Por ello, en las familias nucleares, es crucial que los adultos representen, por un lado, los valores culturales tradicionales y, por otro, los valores coyunturales de cambio, buscando un equilibrio.

Este equilibrio será fundamental en el proceso de una buena socialización del niño y del joven.

Roles Parentales y Desafíos Educativos

En la familia nuclear, los roles de padre y madre pueden parecer más difusos que en la familia tradicional. Los padres actuales deben compaginar la reducción de tiempo y energías, dedicadas obligatoriamente a otras tareas (laborales o extraescolares), con el aumento de responsabilidades educativas ante sus hijos. No obstante, es importante reconocer en los padres de hoy una gran preocupación por la formación integral de sus hijos.

En el desempeño de sus roles, los padres deben tener la misma jerarquía y autoridad. Sus funciones, si bien pueden diferir por sus propias diferencias biológicas como hombre y mujer (por ejemplo, la madre más inclinada al sentimiento y el padre a la razón), deben complementarse.

Aunque la comunidad familiar se basa en el amor, es crucial resaltar que puede existir un egoísmo encubierto en la labor orientadora de los padres cuando, inconscientemente, estorban el desarrollo de la original personalidad de sus hijos.

Los padres deben fomentar la autonomía de sus hijos y amarles con sus peculiares características. A medida que crecen, los hijos transitan de la identificación paterna a la adquisición de su definitiva personalidad. Por ello, es necesario unir en la familia un clima de seguridad con la promoción de la independencia.

En definitiva, los hijos necesitan experimentar diversas formas de amor para que, más tarde, ya independientes, desarrollen plenamente su propia capacidad de amar.

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