La Familia Romana: De la República al Imperio
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La Familia
A lo largo de la historia de Roma, la familia fue evolucionando. En la época republicana, giraba en torno a la noción de la patria potestad y a la figura del paterfamilias, quien poseía todos los derechos.
El Matrimonio
Hasta la época de Augusto, hubo dos tipos de matrimonio:
- Matrimonio con la conventio in manum: Al optar por esta modalidad, el poder del paterfamilias sobre la esposa pasaba directamente al esposo. A efectos de derechos familiares y sucesorios, estaba considerada prácticamente como una hija.
- Matrimonio sine manu o libre: La patria potestad la seguía ejerciendo el padre de la esposa. La mujer podía disponer de sus bienes y seguía perteneciendo a su familia paterna. Este tipo de matrimonio fue el más extendido, menos formal y legalista, se basaba más bien en el deseo personal de los cónyuges.
El divorcio, aunque estaba considerado como algo excepcional, se daba en bastantes matrimonios. Haber tenido un solo esposo era considerado una virtud femenina. La ceremonia de la boda era muy similar a la de nuestra sociedad: la víspera, la novia consagraba a los dioses sus juguetes y su túnica de doncella. El día de la boda, la novia se preparaba para la ceremonia, se adornaba el pelo con cintas, cubría su rostro con un velo y vestía una túnica larga de color blanco sin atar. El día siguiente de la boda, la esposa realizaba una ofrenda a los lares y penates de la casa, recibía regalos de su marido y ofrecía una comida a los parientes más íntimos.
Los Hijos
Cuando nacía un hijo, este debía ser legitimado por su padre. Esta legitimación se llevaba a cabo en el transcurso de una ceremonia en el hogar familiar. El paterfamilias levantaba al niño del suelo y, al cogerlo en brazos, lo reconocía como suyo. Se procedía a la purificación y a colocarle al niño una medalla en torno al cuello, que debía protegerlo durante la infancia de todo tipo de maleficios. Al cabo de unos días se le imponía el nombre. Si el niño no era aceptado por el paterfamilias, se procedía al abandono: el niño quedaba a merced del frío o de cualquier ciudadano que desease hacerse cargo de él. La madre cuidaba de los hijos, aunque si la familia era pudiente, esta tarea podían realizarla las niñeras. Los niños jugaban con todo tipo de juguetes: sonajeros, muñecas... Los juegos no podían durar eternamente, llegaba la hora de alternarlos con los estudios, que empezaban a los siete años.
La Educación Elemental
Los primeros estudios recibían el nombre de ludos. El magister, que solía ser un personaje tosco e irritable, impartía las clases. El niño acudía a la casa del magister acompañado del paedagogus y aprendía nociones de lectura, escritura y cálculo. Las niñas, por su parte, permanecían junto a su madre, quien las iniciaba en las diversas tareas domésticas.
La Escuela Media
El grammaticus tenía como tarea enseñar a leer con soltura y a comentar textos de los autores griegos y latinos más importantes. Los autores más leídos eran Homero, Terencio, Plauto, Cicerón, Virgilio y Horacio.
Los Estudios Superiores
Quien se lo podía permitir proseguía sus estudios en filosofía, derecho, pero especialmente en retórica y oratoria. En las escuelas de retórica, los alumnos debían realizar ejercicios escritos y orales que adoptaban dos formas determinadas: controversiae y suasoriae. Las controversiae consistían en un debate entre dos estudiantes que sostenían tesis contrapuestas. Las suasoriae eran monólogos puestos en boca de estudiantes que encarnaban personajes famosos de la historia.
El Ocio
Los juegos de gladiadores, hombres echados a las fieras, las carreras de carros…