El Fascismo Italiano: Orígenes, Doctrina y Pilares Sociales Clave
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Los Principios Ideológicos y las Bases Sociales del Fascismo
El fascismo, movimiento político y social, nació en Italia, y su denominación procede de la palabra fascio (haz o unión). Poco después de terminada la Primera Guerra Mundial, grupos compuestos por excombatientes adoptaron este nombre, que posteriormente pasó a designar un régimen y su ideología. Así, se denomina fascismo al régimen que, en Italia, se extendió desde octubre de 1922, cuando el rey Víctor Manuel III confió a Benito Mussolini la formación de un gobierno, hasta la caída de Mussolini durante la Segunda Guerra Mundial. El término fascismo se ha extendido también a otros países donde acabaron instalándose regímenes de corte similar al italiano.
Una vez en el poder, la doctrina fascista se fue definiendo progresivamente. En contraste, el nacionalsocialismo, si bien compartía similitudes, se distinguió por la preexistencia de sus ideas fundamentales.
Las Bases Sociales del Fascismo
Los grupos sociales que apoyaron estos movimientos fueron muy heterogéneos y variaron según la etapa. En general, se pueden identificar los siguientes:
- Excombatientes: Se trataba de individuos desclasados que, una vez terminada la guerra, no se adaptaron a la vida civil y se unieron a las organizaciones paramilitares fascistas (como los Fasci di Combattimento, las Squadre d'Azione, las SA o las SS).
- Jóvenes Nacionalistas: Dentro de la juventud, se encontraron muchos descontentos, frustrados por los resultados de la guerra y decepcionados con las democracias. Su carácter violento y belicoso fue encauzado por estas organizaciones para actuar de forma violenta contra manifestaciones obreras y contra el gobierno.
- Clases Medias: Se sentían amenazadas por la crisis económica y el trauma de la proletarización, y vieron en las promesas de estos movimientos un futuro prometedor.
- Parados: Fueron atraídos por los movimientos fascistas ante la promesa de puestos de trabajo, promesa que cumplieron en gran medida.
- Apoyo del Gran Capital: Fue muy importante para financiar estos movimientos; muchos patronos vieron en ellos un gran apoyo contra el peligro de la revolución comunista y no tuvieron reparos en subvencionar todo tipo de actividades fascistas. Junto a estos, se encontraban también los grandes terratenientes que sufrían la misma amenaza por parte de los campesinos, entre quienes se extendía la propaganda anarquista.
- Papel de la Burocracia y el Ejército: Fue importante en el triunfo de estos movimientos; su tolerancia inicial y su posterior colaboración les brindaron un gran apoyo.