Fe, Razón y Reforma: Un Viaje a Través de la Historia del Pensamiento Cristiano y el Concilio Vaticano II

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Fe y Razón

Tertuliano (155-230) sostiene que, frente a la razón, propia de la filosofía griega, es suficiente la fe. San Agustín (354-430), por su parte, considera que la verdad es una, y la razón debe colaborar con la fe para llegar a comprender el gran misterio de Dios. Santo Tomás (1225-1275), filósofo y teólogo italiano, argumenta que la luz de la razón y la luz de la fe proceden ambas de Dios. Pascal (1623-1662) afirma que con la razón no podemos llegar a Dios; necesitamos la fe. Kant (1724-1804) sostiene que a Dios no podemos acceder como si fuera una demostración matemática. Sin embargo, si partimos de la experiencia moral, podemos encontrar una manera de acercarnos a Dios. Kant no defiende, por tanto, ni la sola fe ni la pura razón, sino una razón humana integral. Miguel de Unamuno (1864-1936) afirma que a Dios no se llega por el camino de la razón, sino por el camino del amor y del sufrimiento.

La fe y la razón son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad, conociéndolo y amándolo, se puede alcanzar la plena verdad sobre sí mismo. La razón, privada de la aportación de la Revelación, ha recorrido caminos secundarios que tienen el peligro de hacer perder de vista su meta final. Es ilusorio pensar que la fe, ante una razón débil, tenga mayor incisividad, pues cae en el grave peligro de ser reducida a mito o superstición.

Las Razones de un Nuevo Concilio

Dos meses después de ser elegido Papa, Juan XXIII anuncia su propósito de convocar un concilio ecuménico con los siguientes objetivos:

  • Poner al día, actualizar la vida de la Iglesia.
  • Buscar cambios para la vuelta a la unidad de los cristianos.
  • Relanzar el apostolado en un mundo que había sufrido grandes transformaciones.

El concilio se inaugura el 11 de octubre de 1962. Tras la muerte de Juan XXIII, es elegido Papa Pablo VI. El concilio se clausuró el 8 de diciembre de 1965.

Un Concilio Diferente

  • Su universalidad y magnitud: compuesto por unos 2500 padres conciliares.
  • Su ecumenismo: contó con la presencia de muchos observadores de otras confesiones cristianas.
  • La conexión con la sociedad: los temas que allí se trataban no concernían solo a los cristianos.
  • Su repercusión en la sociedad: a través de los medios de comunicación, llegó a todos los rincones del mundo.

Aportaciones a la Vida de la Iglesia

Las aportaciones del Concilio Vaticano II incluyen:

  • El reconocimiento del espíritu cristiano.
  • El reconocimiento del papel de los laicos.
  • La reforma litúrgica, en la que se renuevan todas las celebraciones.
  • La definición de la Iglesia como "pueblo de Dios".

Cuatro grandes documentos surgieron de este concilio: Lumen Gentium, Gaudium et Spes, Dei Verbum y Sacrosanctum Concilium.

Aportaciones del Concilio a la Sociedad

  • La declaración de libertad religiosa.
  • La afirmación de la bondad de todo lo creado y de la soberanía del ser humano sobre el mundo.
  • El reconocimiento de la autonomía de las ciencias y el valor de la cultura y el progreso, siempre y cuando sirvan al bien de la humanidad.
  • El impulso decidido hacia el compromiso de los cristianos en el mundo, trabajando junto con los demás.
  • El compromiso de los cristianos con los más pobres y desfavorecidos.
  • La separación entre la Iglesia y el Estado, abandonando así cualquier pretensión de poder por parte de la Iglesia.

Jesús, un Reformador

Jesús nació y vivió en el entorno de la cultura y religión judías. Mantuvo una actitud de respeto, pero cuando fue necesario reformar algunas costumbres, no dudó en hacerlo. Tampoco dejó de criticar a algunos grupos sociales si su comportamiento así lo exigía.

Nueva Actitud ante los Pecadores

No solo acoge al pecador, sino que va en su busca, come con él y perdona sus pecados. Es algo único y escandaloso: se relaciona con ellos, perdona sus pecados y a los intransigentes les llega a decir que "los publicanos y las prostitutas serán los primeros en el reino de Dios".

Su Actitud ante las Instituciones Religiosas

Los evangelios dicen que la gente del pueblo admiraba a Jesús porque enseñaba con autoridad y no como los doctores de la ley. Jesús habla por sí mismo y, cuando es necesario, va más allá de lo que indica la ley de Moisés. En el sermón de la montaña, Jesús dice que más importante que la ley es lo que él afirma. Con respecto al templo, Jesús se distancia de él; es más, se considera a sí mismo superior al templo.

Su Manera de Dirigirse a Dios

Jesús se dirige a Dios llamándolo Abba. Esta expresión significa Padre, pero en forma familiar. Jesús nos muestra a Dios como un padre que ama profundamente a sus hijos, los acoge y les perdona cuando se convierten.

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