Fe y Razón: Relación y Diferencias en el Pensamiento Medieval

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Fe y Razón en el Pensamiento Medieval

Averroísmo Latino

Avicena (s. X) representa un aristotelismo árabe platonizado, mientras que Averroes (s. XIII) se adhiere a un aristotelismo puro, siendo considerado el mayor comentarista de Aristóteles.

En el siglo XII, se comienzan a traducir obras de Aristóteles del griego al latín. La filosofía griega llega a la Universidad de París en el siglo XIII, dando origen al averroísmo latino.

El averroísmo latino se caracteriza por tres tesis principales:

  • Eternidad del mundo: Esta tesis contradice la doctrina cristiana de la creación del mundo por Dios. Para Aristóteles, Dios es el Motor Inmóvil que mueve todo, pero no ha creado nada ni conoce nada.
  • Corruptibilidad del alma humana: Se opone a la idea de la salvación, ya que solo el Entendimiento es inmortal, pero es único para todos los humanos.
  • Doble verdad: Sostiene que las verdades de la fe (como la creación del mundo) y las de la filosofía (como la eternidad del mundo) son igualmente verdaderas. Busca defender la autonomía de la razón frente a la fe, en contraposición a la tesis agustiniana.

Aristotelismo de Tomás de Aquino

Tomás de Aquino nunca aceptó las tesis averroístas. Respecto a la eternidad del mundo, argumentó que ni el sistema aristotélico implicaba la eternidad del mundo ni el creacionismo la excluía; es decir, el mundo podría ser eterno pero creado.

Sobre la inmortalidad del alma, afirmó que no es el Entendimiento el único e inmortal, sino el alma individual de cada ser humano.

Consideró inaceptable la teoría de la doble verdad.

Tomás de Aquino mantuvo una actitud positiva hacia la filosofía de Aristóteles, considerándola compatible con la fe cristiana.

Relación entre Fe y Razón según Tomás de Aquino

a. Límites de la Razón: La Fe

Mientras que San Agustín defendía una concepción neoplatónica, donde el objeto del conocimiento son las cosas inmateriales, Tomás de Aquino adoptó una concepción aristotélica. Según esta, el objeto del conocimiento son las cosas sensibles, y a partir de ellas alcanzamos el conocimiento de lo no sensible. Nuestro conocimiento parte de los sentidos.

La concepción aristotélica implica que el edificio de la filosofía debe construirse de abajo hacia arriba: a partir del conocimiento de lo sensible se alcanza el conocimiento de lo no sensible.

El conocimiento que podemos alcanzar acerca de Dios es imperfecto y analógico.

b. Contenidos de la Razón y de la Fe

Existen contenidos que pertenecen únicamente a la razón, otros únicamente a la fe, y algunos que pertenecen a ambos ámbitos. Fe y razón delimitan dos conjuntos con una zona de intersección, como la creencia en que el mundo es creado y que el alma humana es inmortal.

Tomás de Aquino justifica la existencia de verdades comunes por razones circunstanciales y estructurales. Circunstancialmente, conviene que ciertas verdades asequibles a la razón sean impuestas por la fe, ya que personas sin la preparación adecuada no podrían acceder a su conocimiento sin ella. Estructuralmente, conviene porque existe la posibilidad de error constante en la razón humana.

La existencia de verdades comunes a la fe y la razón pone de manifiesto que se trata de una distinción entre dos fuentes de conocimiento: teología y filosofía.

c. Colaboración de la Razón con la Fe

La razón puede prestar ayuda a la fe, como se observa en la construcción de la teología como ciencia. Esta toma sus principios de la fe, pero utiliza los procedimientos de ordenación científica, las armas dialécticas para refutar afirmaciones filosóficas contrarias a la fe, y los datos científicos de la filosofía que puedan ser útiles para el esclarecimiento de los artículos de la fe, todos ellos provenientes de la razón. La existencia de la teología es la muestra más evidente de la ayuda que la razón presta a la fe.

d. Colaboración de la Fe con la Razón

La fe también presta servicios a la razón. Sirve como norma o criterio extrínseco, de modo que si la razón llega a conclusiones contrarias a la fe, estas serían falsas y el filósofo debería revisar sus razonamientos.

La fe es un criterio extrínseco y negativo para la razón.

El compromiso de Aquino entre la razón y la fe revela una actitud moderadamente optimista, pero con una autonomía limitada de la razón, debido a su condición de cristiano profundamente creyente.

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