Feudalismo y Capitalismo: Un Recorrido por la Transformación Económica
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Introducción: El Excedente Económico y las Sociedades
El capitalismo moderno surge de la crisis de un orden social y económico más antiguo. Todas las sociedades que superan un grado primitivo en su capacidad técnica y en su organización económica producen por encima de las necesidades de consumo un «excedente económico».
Las sociedades que no producen excedente económico no conocen la división del trabajo; todos sus miembros deben dedicarse a la obtención del alimento básico para su subsistencia. En estas, tampoco puede existir la división en clases sociales.
El Modo de Producción Feudal
En el modo de producción feudal, la institución básica es la servidumbre. Esto significa que el productor directo —el campesino— está obligado a entregar al señor parte de sus productos, dinero o jornadas gratuitas de labor. El excedente económico es objeto de apropiación privada.
Una característica distintiva del feudalismo, a diferencia del modo de producción esclavista, es que el productor directo no es objeto de apropiación privada, sino que lo es el fruto de su trabajo.
El Modo de Producción Capitalista
En el capitalismo, la apropiación privada del excedente se obtiene mediante el libre juego de la oferta y la demanda. El productor directo no es el propietario de sus instrumentos de producción, sino que solo puede vender en el mercado su fuerza de trabajo (el obrero asalariado).
La Transición del Feudalismo al Capitalismo
El tránsito del feudalismo al capitalismo está marcado por dos procesos fundamentales:
- La concentración progresiva de los medios de producción en manos de una clase distinta a la de los productores directos.
- La formación de un mercado de mano de obra constituido por asalariados que venden su fuerza de trabajo.
En la sociedad feudal europea, la clase dominante, la aristocracia terrateniente, absorbía el excedente económico generado por la clase servil. Posteriormente, apareció la burguesía comercial urbana, dedicada al comercio a larga distancia con Oriente.
El desarrollo del comercio con Oriente llevó a que este último experimentara un deterioro continuo en los términos de su intercambio con Europa occidental, transformándose en un espacio económicamente dominado por Europa. Este proceso impulsó el crecimiento y la diversificación del mundo feudal, generando una estratificación social más compleja. Surgió entonces la necesidad de un orden político que regularizara este mundo multiforme y que proporcionara bases estructurales más sólidas para la expansión comercial hacia nuevas áreas. Sin embargo, la incapacidad de alterar significativamente las condiciones de producción y la insuficiencia monetaria que aquejaba a Europa contribuyeron a la crisis del siglo XIV.