El Feudalismo y la Literatura Medieval: Caballeros, Amor Cortés y la Búsqueda del Grial
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Feudalismo
Consecuencia de la definitiva extinción de las instituciones que habían sustentado el poder de Roma, el feudalismo dividió a la población en señores y vasallos.
Los vasallos dependían para todo de los señores y estaban obligados a vivir sometidos a ellos. Los señores:
- Exhibían su linaje como un derecho nato.
- Ejercían el poder de las armas.
- Juraban proteger a sus vasallos.
A esta situación ha de añadirse el poder moral y económico de la Iglesia, que en 1054 tuvo que afrontar el gran cisma: la separación de las Iglesias de Oriente. El siglo XI supuso además el auge de los monasterios. Casi toda la cultura giraba entonces a su alrededor.
El caballero se convirtió en el modelo de hombre perfecto: vigoroso y diestro en las armas.
La sociedad medieval asumió que la vida terrena es solo una preparación para la eterna; que este mundo es un tránsito o una prueba, y que la recompensa o el castigo por nuestros actos serán dictados por el juicio divino.
Casi toda su literatura está profundamente marcada por estos procesos simbólicos, que culminan en la gran alegoría de la obra de Dante.
Ciclo Artúrico y la Materia de Bretaña
Hazañas legendarias del rey Arturo de Camelot, el mago Merlín, los caballeros de la mesa redonda y la búsqueda del Santo Grial.
El autor que dio forma definitiva a muchas de estas leyendas es Chrétien de Troyes.
Es la historia del rey Arturo, casado con Ginebra, quien se enamorará de Lancelot al tiempo que otros caballeros de Camelot viven sus propias aventuras galantes hasta que se comprometen en la búsqueda del Grial.
El Dolce Stil Novo y la Superación de la Lírica Trovadoresca
Los poetas de esta escuela siguen el amor cortés, pero renuevan la métrica (abrevian el poema y cultivan el soneto) y buscan un estilo menos retórico y más natural.
Revitalizan el locus amoenus y sustituyen la relación de vasallaje con la dama por otra espiritual.
La dama amada es elevada a la altura de los ángeles (la donna angelicata): su virtud y su belleza son reflejo de la bondad y la belleza de Dios.
El servicio del poeta se convierte así en una vía espiritual en la que el sentimiento amoroso incita al perfeccionamiento interior.