Figuras Clave de la Novela Española del Siglo XIX: Realismo y Naturalismo

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En esta época, Benito Pérez Galdós elabora sus novelas con mucha mayor influencia naturalista. Deja un poco más de lado las novelas de tesis en las que el carácter de los personajes responde a un fin social (y están caracterizados por una idea o dogma, como ya se dijo anteriormente); los personajes se vuelven más humanos y cercanos a la realidad.

Ejemplos destacados de esta etapa son:

  • La desheredada
  • Miau
  • Fortunata y Jacinta, obra maestra de Galdós en la que la profundidad psicológica de los personajes y la descripción de los ambientes es impresionante.

Destacan también en esta época Marianela y Doña Perfecta.

Leopoldo Alas “Clarín”

Leopoldo Alas “Clarín” y Galdós son los novelistas más importantes del siglo XIX. La producción literaria de Clarín no es ni mucho menos tan extensa como la de Galdós, sin embargo, muestra una gran maestría en el lenguaje y en la técnica narrativa.

Escribió algunos cuentos, entre los que destaca ¡Adiós, Cordera!, y dos novelas:

  • Su único hijo
  • La Regenta, considerada una de las mejores obras del movimiento y del siglo.

La Regenta es de marcada tendencia naturalista, destacando también por su humor, la crítica y la ironía que se desprenden de conversaciones, pensamientos, etc., y las descripciones tan detallistas que hace de los personajes, ambientes, ciudad, etc.

Pedro Antonio de Alarcón

Pedro Antonio de Alarcón no destaca por su fuerza descriptiva, pero sin embargo sus relatos están muy conseguidos, demuestra gran fuerza en el estilo narrativo y esto supone un avance con respecto al estilo realista.

Sus obras más importantes son:

  • El sombrero de tres picos, una obra amena y de lectura sencilla.
  • El escándalo
  • El niño de la bola

Juan Valera

Juan Valera, gran intelectual de su época, miembro de la Real Academia, estuvo más preocupado por la estética y la belleza del lenguaje que por la función social o crítica de la novela, aunque a veces en sus novelas se puede encontrar un fondo moral.

Juan Valera presta especial atención al mundo interior de los personajes y a su actividad individual más que a la relación de la persona con la sociedad. Y dentro de esto, es más frecuente encontrar personajes femeninos en su obra; con gran carga psicológica y con preocupaciones como el amor o la religión.

Sus obras más representativas son:

  • Pepita Jiménez, cuya primera parte está escrita en forma epistolar y que plantea la duda entre el amor divino y el humano.
  • Juanita la Larga, que sí tiene mayor tratamiento de temas sociales.

José María de Pereda

José María de Pereda se caracteriza por dibujar con mucha fuerza y grandiosidad los paisajes y la naturaleza de su tierra, Cantabria.

Sus dos obras más importantes son:

  • Sotileza (inspirada en la vida de los pescadores)
  • Peñas arriba (un relato en el que se contraponen los valores rurales a los de la ciudad, y donde los paisajes y la naturaleza sobresalen en el relato).

Emilia Pardo Bazán

Las obras de Emilia Pardo Bazán tienen un marcado corte naturalista, pero sus arraigadas creencias cristianas la hacen suavizar algunos aspectos del movimiento, por ejemplo, rechazando la negación de la espiritualidad de Zola. De esta contradicción de creencias (literarias y religiosas) nace La cuestión palpitante, una serie de artículos con esta temática.

Entre sus obras más famosas destacan:

  • La tribuna (de corte social)
  • La madre Naturaleza (que trata el tema de dos jóvenes amantes que no saben que son hermanos).

Vicente Blasco Ibáñez

Vicente Blasco Ibáñez también tiene una clara influencia naturalista. De ideología republicana y carácter revolucionario, tuvo una vida agitada de política, exilios, viajes, etc. Su producción de novelas fue amplia y llegó a tener bastante repercusión en el extranjero: su novela Los cuatro jinetes del Apocalipsis fue llevada al cine en Hollywood.

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