Filosofía Aristotélica: Virtud, Felicidad y la Organización Política

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Virtud y la Búsqueda de la Felicidad

La filosofía no es solo teórica, también es práctica. Para Aristóteles, el ser humano es ante todo un ser racional y social. Aristóteles, como Platón, cree que el objetivo de la vida es la felicidad, pero solo podemos lograrla mediante la razón. Sostiene que toda acción está orientada a lograr un bien buscado para alcanzar un fin. Existen diversos bienes, pero no todos son igual de importantes, puesto que existe un bien supremo: la felicidad. Todo ser aspira a la felicidad, entendida como el completo y perfecto desarrollo de su esencia.

Para los seres humanos, la razón es lo que nos diferencia de los demás seres. Quien actúe deliberadamente será virtuoso; por eso, el modelo de hombre es el filósofo, ya que reflexiona racionalmente antes de actuar y hará de la virtud un hábito. Aristóteles cree que no nacemos virtuosos, sino que nos vamos formando poco a poco a base de constancia. La virtud, para Aristóteles, consiste en hallar el término medio entre el exceso y el defecto. Quien viva virtuosamente será feliz.

Política: Estado y Carácter Natural

Existe una clara continuidad entre ética y política. Las asociaciones políticas han surgido por naturaleza con vistas a un fin. Los seres humanos viven en sociedad para conseguir algo a lo que sin ella no accederían. Existen tres tipos de asociaciones:

  • La familia: surge por el deseo natural de reproducirse.
  • La aldea: surge para satisfacer la necesidad de intercambiar bienes y servicios.

Sin embargo, ni una ni otra son autosuficientes, pues ninguna consigue la felicidad. Solo en la polis se logra, puesto que solo allí se alcanzan la autosuficiencia (bastarse a sí mismo), el vivir bien (la mejor forma de vida posible, virtuosa) y la posibilidad de que un ser desarrolle plenamente su esencia natural para ser feliz.

Aristóteles se opone a los sofistas, ya que para él, el Estado satisface las necesidades humanas no solo en el sentido material, sino también porque posee razón, lo que le permite vivir bien y ser autosuficiente. Para Aristóteles, no todo el mundo posee logos, ya que hay varias excepciones:

  • Los esclavos: no conocen la lengua griega.
  • Las mujeres: están relegadas al gineceo y a los asuntos domésticos.
  • Los niños: debido a su minoría de edad y su falta de comprensión.

Aristóteles observa las diferentes formas de gobierno y critica la República de Platón, clasificando así las formas según dos criterios: el número de ciudadanos que ejercen el poder y la búsqueda del bien común. De la combinación de ambos criterios surgen:

  • Formas puras (buscan el bien común): monarquía, aristocracia y democracia.
  • Formas degeneradas (buscan el interés particular): tiranía, oligarquía y demagogia.

Aristóteles piensa que ninguna de ellas es perfecta y por eso destaca conceptos como ciudadanía y moderación. Por ello, afirma: «La ciudad es una asociación de hombres con las mismas condiciones de libertad e igualdad que se dedican a alcanzar la virtud.» Por consiguiente, se decanta por una democracia moderada que combina igualdad y libertad, pero con moderación.

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