La Filosofía Empirista de David Hume: Desvelando los Límites del Conocimiento
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Mediante la aplicación radical del principio de la copia, David Hume desenmascara los grandes conceptos o ideas metafísicas. Así, desde su base empirista, Hume caerá en el escepticismo moderado y en el fenomenismo. La crítica de Hume a los grandes conceptos se reduce a que, si una idea no se corresponde con ninguna impresión, debe ser rechazada por carecer de fundamento empírico. Esto es lo que ocurre con las ideas y nociones de sustancia, el yo, el mundo exterior, Dios y la causalidad.
Crítica a la Noción de Sustancia
Hume sostiene que no existen impresiones que se correspondan con la compleja idea de sustancia. Solo podemos conocer los atributos de las cosas a través de impresiones sensibles. La sustancia es real solo en nuestra mente, siendo un nombre que unifica impresiones e ideas por semejanza y contigüidad espacio-temporal. Critica las tres sustancias cartesianas: el yo, el mundo y Dios.
Crítica a la Noción de Identidad Personal o la Inexistencia del Yo
Hume desafía la noción de una impresión directa del yo, sosteniendo que la identidad personal se forma a partir de la agrupación de percepciones en el tiempo y el espacio. Argumenta que la creencia en un yo independiente y permanente carece de base empírica, puesto que no hay una impresión que corresponda directamente a tal entidad. En lugar de una sustancia espiritual, Hume sugiere que la identidad personal surge de la asociación de percepciones en la conciencia y el cuerpo, siendo el resultado de la memoria y la imaginación. Así, el yo se entiende como una construcción mental en constante cambio, en lugar de una entidad sustancial.
Crítica a la Noción de Mundo Exterior
Hume niega la existencia de un mundo o realidad exterior más allá de nuestras percepciones, argumentando que afirmarlo excede los límites de la experiencia. Rechaza la justificación de Locke basada en la causalidad, argumentando que esta es una construcción mental. Según Hume, no existe base filosófica para sostener la realidad externa a nuestros pensamientos. En contraste, Descartes relacionó la existencia del mundo externo con la existencia de Dios, basándose en la res extensa como demostración de un ser perfecto.
Crítica a la Noción de Dios
Hume rechaza todos los argumentos a favor de la existencia de Dios, argumentando que ningún ser es necesario y que todos los seres son contingentes. Niega la existencia de una primera causa eficiente, puesto que la causalidad carece de fundamento filosófico. Además, al carecer de una impresión de la idea de Dios, la experiencia no respalda su existencia. Según Hume, afirmar o negar la existencia de Dios carece de sentido, puesto que supera los límites del conocimiento humano.
Crítica a la Noción de Causalidad
Hume argumenta que no podemos tener conocimiento de hechos futuros, puesto que carecemos de impresiones de lo que aún no ha ocurrido. Aunque en la vida cotidiana hablamos con certeza sobre eventos futuros y establecemos nexos causales, esta certeza se basa en hábitos y costumbres, no en una garantía de sucesos necesarios. La relación necesaria entre eventos futuros no puede ser observada en experiencias pasadas, lo que nos lleva a tener creencias sobre el futuro en lugar de certezas.