La filosofía del encuentro de Martin Buber: Yo-Tú y Yo-Ello
Clasificado en Filosofía y ética
Escrito el en español con un tamaño de 3 KB
Martin Buber
El mundo está hecho de relaciones. Yo soy mis relaciones. Hay dos posturas posibles frente a los seres que me rodean: puedo considerarlos cosas, que están para mi uso, para mi provecho, para mi conocimiento. Esta relación se denomina YO-ELLO. Es la relación más común. El YO rodeado de cosas no es, en sí mismo, sino una cosa. En este caso, experimento a las cosas por sus cualidades o potenciales.
Ejemplo: Un árbol. Puedo referirme a él de muchas maneras: para hacer madera, como objeto estético que me causa placer, como objeto práctico que me da sombra. En cualquier caso, es siempre un objeto, un elemento aprovechable. Es ELLO. Y yo, a su vez, también soy ELLO, ya que estoy poniendo en funcionamiento una parte de mi ser para aprender.
La realidad corporal del árbol está frente a mí. Se enfrenta todo mi ser con el todo-árbol. Yo soy absolutamente frente a él. Ser frente a ser. Un encuentro denominado YO-TÚ. Una relación entre la totalidad de uno y la totalidad del otro. El objeto deja de ser objeto, ya no es ni bueno ni útil. Es árbol, plenamente. Y en esa plenitud también soy yo.
Relación entre nosotros: El acontecimiento me hace ser YO-TÚ o YO-ELLO, ser frente a ser o cosa frente a cosa.
La relación YO-TÚ no se interpone en ninguna idea ni prejuicio; dejas de ser catalogado, simplemente eres total y absoluto. Este encuentro es excepcional y es pasajero. Parece algo fácil, pero no lo es. Generalmente somos YO-ELLO. Somos nuestra educación, nuestra sociedad, cultura, etc. En el mundo en que vivimos, todo TÚ se torna invariablemente en ELLO. Luego del corto encuentro entre YO-TÚ, regresamos a la realidad, recuperas tu nombre, estatus, conocimientos, etc. Eres algo. Soy algo.
El hombre no puede vivir sin el ELLO, pero quien solo vive con el ELLO no es un hombre. El ELLO responde a todas nuestras necesidades y es indispensable. Vivimos absorbidos por el ELLO. Por eso, no podemos comunicarnos. Desconocemos el presente del encuentro.
En el YO-TÚ somos personas; la persona está por encima de sus atributos, estatus.
En el YO-ELLO somos individuos: el individuo se limita a ser la suma de sus necesidades, cualidades.
Todo encuentro que sea absoluto es encuentro con Dios. Se personifica en la manifestación de la totalidad del ser. No es alejándose del mundo que se encuentra a Dios ni tampoco permaneciendo en el mundo del ELLO.
El hombre quiere poseer a Dios; entonces, lo transforma en cosa y, por eso, habla de Dios y no con Dios.
Buber era un activo sionista que creía que el pueblo hebreo, para recuperar su creatividad y su razón de ser, tenía que retornar a la tierra de Israel. Creía que había dos maneras de sionismo completamente opuestas:
Una quería retornar y restablecer al Israel auténtico, que era la que patrocinaba Buber.
La otra entiende que volver a la tierra es volver a ser normal, la simple normalización de la vida judía.