Filosofía y ética: Una exploración de la libertad, el destino y la búsqueda de la felicidad

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Libertad, destino y azar

La escuela estoica afirmaba la existencia del destino y negaba el azar, atendiendo a la cadena de causas que anteceden a los fenómenos de la naturaleza. No obstante, este planteamiento no llevaba a los estoicos a negar la libertad humana, dado que en realidad la libertad consistía para ellos en nuestra capacidad para adoptar una actitud u otra frente a todo aquello que nos viene dado.

La escuela epicureísta afirmaba, sin embargo, que el destino no existía en absoluto. Para Epicuro, no tenía sentido mantener que el ser humano es libre y a la vez sostener la existencia del destino, de modo que para preservar la libertad era preciso negar el destino y, con ello, todas las formas de adivinación que se presentaban en la época. En la escuela existencialista se consideraba que la vida no tiene sentido por sí misma ni hay ninguna misión que descubrir. En consecuencia, afirmaban que la vida sería intrínsecamente absurda, pero esto, lejos de tener que desembocar en algo trágico y verse como algo negativo, en realidad era una buena noticia porque, gracias a que la vida no tiene sentido, nosotros podemos crearle uno, haciendo así que nuestra vida sí lo tenga.

Éticas de la felicidad

Aristóteles

Fue uno de los primeros en defender el eudonismo ético. Para él, la máxima felicidad del ser humano residirá en la vida contemplativa, es decir, el ejercicio de la razón, en el conocimiento de la naturaleza y de Dios, y en la conducta moral prudente. Cuanta más sabiduría, más posibilidades de elección, pero siempre recurriendo a la mediación de la prudencia, definida como “la capacidad de escoger el justo medio”, es decir, el ejercicio de la moderación afinado por la experiencia.

Epicuro

Para Epicuro, la felicidad se alcanza mediante un cálculo exacto de placeres que tenga en cuenta que un placer hoy puede ser un dolor mañana y, en cambio, lo que hoy se nos presenta con dolor puede anunciar un próximo bien.

Estoicos

Para los estoicos, el mundo se encuentra gobernado por una ley universal que determina el destino de todo lo que en él ocurre, lo mismo para la naturaleza que para el ser humano. Por lo tanto, el ser humano se halla limitado por un destino inexorable que no puede controlar y ante el que solo puede mantenerse sabiamente una actitud de aceptación.

Utilitaristas

Para los utilitaristas, el acto moralmente correcto es aquel que proporciona mayor felicidad al mayor número de personas. Es decir, cuando un utilitarista dice “el fin de toda acción correcta es la felicidad”, no entiende el máximo provecho para el máximo número de personas. El utilitarismo pretende vencer el carácter egoísta que muchos críticos habían atribuido a las éticas hedonistas clásicas.

Éticas de la justicia

Kant

Para Kant, las teorías hedonistas no son verdaderas teorías éticas, sino que en realidad son códigos morales que nos dicen lo que tenemos que hacer para conseguir lo que nos proponemos. Según Kant, la razón humana debe dictarse la ley a sí misma. Solo cuando es así, si la razón legisla sobre sí misma, la ley será universal. Kant también propone que iría en contra de la ética de la justicia la instrumentalización de cualquier persona para satisfacer los deseos de otra.

Habermas

Habermas admite el requisito kantiano de universalidad de la norma moral, pero especifica: debe ser universal en el ámbito del diálogo al que pertenece un sujeto o un colectivo social, cuyos participantes tienen los mismos derechos y mantienen relaciones de libertad e igualdad. Quien decide si una norma es universalizable o no, no es un individuo en solitario, sino toda una comunidad libre.

Rawls

Rawls planteó una situación hipotética en la que una serie de personas tendrían que establecer las normas de convivencia que iban a ordenar la sociedad de la que ellos también iban a formar parte, pero con la salvedad de que tendrían que diseñar dichas normas sin conocer las características de ninguno de sus miembros ni el lugar que iban a ocupar ellas mismas en dicha sociedad.

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