La Filosofía Moral de Immanuel Kant: Razón, Deber y Libertad

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La razón humana genera ideas y las concibe como objetos de la experiencia. Cuando se aborda la pregunta "¿Qué puedo conocer?", se hace un uso teórico de la razón, cuya respuesta se centra en los fenómenos u objetos de la experiencia.

Por otro lado, al responder a la pregunta "¿Qué debo hacer?", se emplea un uso práctico de la razón, que orienta al ser humano sobre cómo actuar con su libertad. Kant intenta responder a esta cuestión mediante imperativos, que se clasifican en:

  • Imperativos Hipotéticos: Aquellos que ordenan algo como un medio para conseguir un fin determinado.
  • Imperativos Categóricos: Aquellos que ordenan algo como un fin absoluto en sí mismo, válidos por su propia naturaleza.

Distinción Kantiana en las Acciones

Kant establece una clara distinción en la naturaleza de las acciones:

  1. Acciones Conforme al Deber: Son aquellas que se ajustan a la norma moral, pero cuya motivación puede no ser puramente moral (ej. por interés o inclinación).
  2. Acciones Por Deber: Son aquellas en las cuales se cumple la norma exclusivamente por el deber de cumplirla, sin otra motivación externa. Estas son las únicas acciones con valor moral intrínseco para Kant.

Materia, Forma y Máxima de la Ley Moral

Kant define la materia de la ley como el contenido o lo que la ley prescribe, mientras que la forma de la ley se refiere a la voluntad con la que se realiza dicha ley. Por máxima, Kant entiende la regla subjetiva que constituye la acción particular de un individuo.

Éticas Materiales vs. Ética Formal Kantiana

Las éticas anteriores a Kant son consideradas éticas materiales, mientras que la suya es una ética formal:

  • Ética Material: Parte de la existencia de bienes o fines determinados (ej. felicidad, placer) y luego busca los medios para acceder a ellos. Proporcionan contenidos específicos sobre qué hacer.
  • Ética Formal: No prescribe contenidos específicos, sino que se centra únicamente en la forma de la ley moral, es decir, en cómo debe ser la voluntad para que la acción sea moralmente válida (universalidad, autonomía).

Condiciones de Posibilidad de la Moral

La primera condición necesaria para que la moral sea posible es que el campo de la experiencia tenga límites. Esto se debe a que el mundo de la experiencia está ordenado por el espacio, el tiempo y las categorías del entendimiento. Sin embargo, que la experiencia no lo sea todo es solo una condición negativa para la moral.

Además, se requieren una serie de condiciones positivas, que Kant denomina postulados de la razón práctica:

  1. Libertad: Si la libertad no existiera, no podría haber imperativos categóricos, ya que la acción moral implica la capacidad de elegir actuar por deber, independientemente de las inclinaciones.
  2. Inmortalidad del Alma: Es necesaria porque, en el mundo fenoménico, todo sucede según la relación causa-efecto. Para que la moral exista, se necesita la libertad. La inmortalidad del alma se explica de dos formas:
    • Puesto que no pertenece al mundo sensible, no está sometida a las condiciones espacio-temporales.
    • El alma tiende a cumplir el ideal moral, un proceso que no puede completarse en una vida finita.
  3. Existencia de Dios: Debemos considerar que el ser humano tiene un alma que pertenece al mundo nouménico y un cuerpo que habita un mundo corporal. El hombre tiende a la búsqueda de la felicidad y, en tanto que perteneciente al mundo nouménico, tiende al cumplimiento del ideal moral. Se necesita creer en una armonización del mundo inteligible (moral) y del mundo sensible (felicidad).

El Sumo Bien en la Filosofía Kantiana

La armonización entre la moralidad (virtud) y la felicidad, que el hombre busca tanto por su naturaleza racional como sensible, es lo que Kant denomina el Sumo Bien. Este concepto postula la necesidad de una instancia superior (Dios) que garantice la correspondencia entre la virtud y la felicidad en un mundo ideal.

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