La Filosofía Moral de René Descartes: Pasiones, Razón y la Moral Provisional
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La Ética Cartesiana: Acciones y Pasiones
René Descartes establece una clara distinción entre acciones y pasiones. Las acciones son las decisiones y conductas que dependen directamente de la voluntad del individuo. Las pasiones, en cambio, son involuntarias, ya que dependen del cuerpo y de los espíritus vitales, concepto del que ya hablaba Galeno en el ámbito de la medicina. Las pasiones incluyen los sentimientos, las emociones y las percepciones que están intrínsecamente ligadas al cuerpo.
El Dominio de la Razón
Para Descartes, la razón debe gobernar la vida del ser humano, dirigiendo y sometiendo las pasiones. Un espíritu fuerte es aquel que logra dominar sus pasiones, mientras que un espíritu débil se deja arrastrar por ellas. Las pasiones ejercen una presión sobre el alma en sentidos contrapuestos: a veces la impulsan hacia lo que es bueno, y otras veces la apartan de ello.
Al depender del cuerpo, las pasiones tienden a exagerar la percepción del bien y del mal. Esto significa que, en ocasiones, hacen que ciertas cosas parezcan más deseables de lo que realmente son, o, por el contrario, más difíciles de conseguir.
Frente a estas influencias, la persona debe guiarse por la razón y la experiencia, manteniéndose dueña de su propia voluntad. Este dominio de sí mismo se ejerce mediante la prudencia, a través de la cual el ser humano impone el control de la razón sobre las pasiones.
La Moral Provisional de Descartes
Contexto y Propósito
En su obra fundamental, el Discurso del Método, Descartes presenta unas líneas generales de su moral, a la que modestamente denomina moral provisional. Dado que nunca la desarrolló plenamente en obras posteriores, esta sección sirve como su concepción general de la moral.
Las Cuatro Máximas
Esta moral provisional se articula en torno a cuatro reglas o máximas:
- Primera Máxima: Obedecer las leyes y costumbres del país. Esto incluye observar la religión tradicional y seguir las opiniones más moderadas y respetadas. Es notable que Descartes, siendo crítico con casi todo lo demás, renuncia a la crítica de la moral recibida, la religión y la política, ya que estas no eran sus principales preocupaciones filosóficas.
- Segunda Máxima: Seguir con decisión las resoluciones una vez tomadas, incluso si inicialmente se tuvieron dudas o vacilaciones. La firmeza en la acción es clave.
- Tercera Máxima: Vencerse a uno mismo antes que luchar contra la fortuna, y cambiar las propias opiniones antes que intentar alterar el orden del mundo. Esta máxima subraya la importancia del control interno y la adaptación personal.
- Cuarta Máxima: Revisar todas las ocupaciones posibles para elegir la mejor y aquella de la que uno sea capaz. El objetivo es emplear la vida en cultivar la razón y progresar continuamente en el conocimiento de la verdad.
Conclusión y Paralelismo Estoico
En esencia, el ser humano debe regirse por su razón, ocupándose de aquello que está en su mano y desentendiéndose de lo que le sobrepasa. Esta actitud ante la vida guarda un claro paralelismo con la filosofía de los estoicos.