La Filosofía de Nietzsche, Hannah Arendt y Ortega y Gasset: Una Exploración de la Vida, la Moral y la Política
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La Filosofía de Nietzsche: Nihilismo y Voluntad de Poder
Nietzsche argumenta que la vida implica resentimiento y crueldad, y que el cristianismo busca un remedio en la fabulación de un mundo verdadero, estableciendo un mundo ideal basado en Dios. El autor afirma que esta fabulación es un intento de vengarse moralmente de la vida, lo que lo lleva a una posición nihilista.
Además, Nietzsche critica el establecimiento de un sentido y fundamento único llevado a cabo por el cristianismo, que explica nuestra existencia basándose en Dios. Nietzsche afirma que detrás de Dios no hay nada, ya que admite que es una negación de la vida, es decir, es la apariencia de un mundo verdadero en contraposición a la vida. Y que, como consecuencia, niega la voluntad de poder, que es la voluntad en la que se asienta la vida, en otras palabras, el punto de vista adecuado.
Por otro lado, el filósofo critica la idea de que la vida e historia del hombre se sometan y limiten a normas y leyes que proceden de Dios. Nietzsche afirma que Dios ha sido la gran discrepancia contra la vida, de ahí que negando a Dios podrá el filósofo cambiar los valores existentes por unos nuevos y afirma así la vida. Podemos deducir entonces que esta muerte representa en realidad el descubrimiento de la falsedad de “otro mundo” transcendente, el de la moral cristiana. Nietzsche denuncia que toda la cultura occidental debe llegar a esta negación de Dios (“Dios ha muerto”), al nihilismo, momento en el que todos los fundamentos y valores “supremos” que guían la vida del hombre son negados.
De esta manera, se llega a un colapso de la forma de valorar el mundo y la supresión del fundamento y el sentido último de la realidad, por lo que se llega a un vacío. Entonces, toda la civilización occidental trasciende todos los valores que ha habido hasta ahora y se queda en la nada (“nihil”). Ya que estos valores eran falsos porque procedían de la voluntad de la nada y entonces es la voluntad de poder la que debe destruirlos. Y por esta razón, es necesario llegar al nihilismo, pues sólo desde él podrá la voluntad de poder crear nuevos valores. Con la muerte de Dios muere el monoteísmo de la razón y se afirma la pluralidad de la realidad. La voluntad de poder realiza la transmutación de todos los valores, eleva lo múltiple y el constante devenir, afirmando así la vida.
La Filosofía de Hannah Arendt: La Vita Activa y la Condición Humana
Para Hannah Arendt, el ser humano desarrolla dos actividades fundamentales: la vita contemplativa, encargada de los aspectos intelectuales (donde sitúa a la filosofía) y la vita activa, responsable del hacer humano (donde ubica la condición humana); que provienen de la filosofía medieval.
Esta actividad práctica del ser humano se constituye en tres dimensiones fundamentales como son la labor (animal laborans), el trabajo (homo faber) y la acción. La condición humana se compone de tres dimensiones necesarias y fundamentales para el ser humano. La labor satisface nuestro componente biológico y se manifiesta mediante la producción de bienes de consumo para satisfacer nuestras necesidades básicas. En segundo lugar, se encuentra el trabajo, a su vez, se basa en la producción, sin embargo, los objetos elaborados son de uso que permanecen durante el tiempo. Así, se genera una distinción vital entre lo natural (preexistente) y lo artificial (producido por el ser humano). Hannah define mundo como la suma total de la multiplicidad de cosas tangibles producidas para construir nuestro hogar en la tierra (influencia de Heidegger). Por último, la acción es fundamentalmente humana, ya que el ser humano tiene capacidad de espontaneidad, regida por un principio: la libertad. La pluralidad es el concepto que engloba la diversidad de libertades. La acción da sentido a la labor y el trabajo, aportando propósito a los objetos de uso. Con ellos creamos comunidad, cultura e instituciones, entre otros.
Arendt realiza una distinción entre lo público y lo privado. En la antigua Grecia, lo privado es el ámbito de la casa y la familia (oikos), que satisface las necesidades. La labor y el trabajo están derramados en el ámbito íntimo y jerárquico de la casa. En contraposición, lo público está estrechamente relacionado con el lugar donde los individuos actúan libremente (polis) bajo los principios de isonomía (ciudadanos son iguales ante la ley) e isegoría (ciudadanos son iguales y tienen derecho a tomar la palabra). En el mundo moderno, aparece una nueva categoría, lo social, que desbarata la clara distinción entre lo público y lo privado. Esta extiende el ámbito privado hacia la sociedad, implicando una salida de la labor y el trabajo, dando fin a la intimidad y la disminución de la pluralidad. La consecuencia de la emergencia de lo social es el conformismo. Además, la Revolución Industrial interactúa directamente con el trabajo, provocando una aceleración en la producción, que busca que el individuo se emancipe del trabajo. En consecuencia, se desmiembra la condición humana y el individuo acaba formando parte de una gran máquina (técnica).
Según Hannah Arendt, la política se basa en la pluralidad de los hombres, es decir, el dominio de la acción. La política es el ámbito donde los hombres ejercen su libertad. La libertad es legal (se reconoce la libertad de los hombres) y efectiva (se ejercita la libertad de los hombres). Es por ello por lo que la política se realiza en la esfera pública.
En el mundo moderno surge el problema de la idea de libertad. En la antigua Grecia, la libertad transcendía del ámbito privado (labor y trabajo) e instituía la comunidad hacia lo público, pero a la vez preservaba la necesidad, lo íntimo. Sin embargo, tras la Revolución Industrial, surge la noción de la liberación, que pretende superar la labor y el trabajo, para poder borrar las fronteras de la condición humana (la vita activa, responsable del hacer humano). Aquí encontramos el problema de lo social, donde este desbarata la clara distinción entre lo público y lo privado. En el mundo moderno, por consecuencia de la conciencia de liberación, surge el concepto de masa: una totalidad homogénea que niega la pluralidad, el individuo y, por consiguiente, la libertad.
En el siglo XIX se produce la radicalización de lo social y el terror, surgiendo el totalitarismo. Sobresale la obra Los orígenes del totalitarismo (1952), donde reconstruye lo que sucede en el siglo XX en Europa. Se divide en 3 bloques: en primer lugar, aparece el antisemitismo (s. XIX), donde surge una distinción de los judíos con la masa. Al ser diferentes, la masa decide cometer actos violentos y discriminatorios en la esfera pública. En segundo lugar, el imperialismo (final s. XIX), que consiste en la colonización de territorios extranjeros por las potencias europeas, impulsando de esta manera la violencia, el racismo y la explotación. Por último, el totalitarismo (s. XX), que es una forma de partido que radicaliza el uso del terror como instrumento de poder y dominación. Como consecuencia, aparece la totalización de la masa y el fin de lo público y lo privado (fin de la pluralidad y de la intimidad). Así, conlleva a una socialización de la política.
Para finalizar, Hannah, distingue 2 ideas de mal: el mal radical y el mal banal. El primero es incomprensible, intencionado y se caracteriza por hechos atroces que transforman a los hombres en entes superfluos. El segundo también deshumaniza, pero no hay conciencia de realizar este mal, ni acción ni libertad. Quien realiza este mal es un ejecutor sumido al totalitarismo.
La Filosofía de Ortega y Gasset: Raciovitalismo y Perspectivismo
Ortega reaccionó contra cualquier forma de subjetivismo e idealismo sin volver a las ideas del realismo. Considera que la tarea fundamental de la época que vive es superar los principios básicos de la modernidad: el realismo (pensamiento antiguo y medieval) consiste en afirmar que la verdadera realidad son las cosas independientes del sujeto, el idealismo defiende que la realidad son construcciones o ideas del sujeto. Para Ortega, el yo no se encuentra nunca solo sino con las cosas: la verdadera realidad primaria y radical es la del yo con las cosas, la vida. La realidad tiene dos caras: el mundo y el yo y ambos extremos se necesitan mutuamente y no pueden darse el uno sin el otro. Yo soy yo y mis circunstancias, es la frase que explica bien que el mundo no existe de forma independiente, sino por su relación con el yo.
Así, la vida individual es el fundamento y la base de cualquier otra realidad. Es la realidad radical, correlato entre mundo y yo; el conjunto
de vivencias y el ámbito en el que se dan. Ortega distingue varios rasgos que están presentes en la vida a los que denomina categorías. En primer lugar la vida es autoconciencia, puesto que reconocemos la presencia de mi yo. La segunda la circunstancia, es decir, los lugares, cosas y personas que nos rodean. En tercer lugar, la vida es una imprevisión; no está determinada por unas leyes naturales. Además, se nos presentan una serie de problemas que debemos solucionar, mediante la toma de decisiones. En sexto lugar, estas decisiones configuran un proyecto vital, que viene dado por la última categoría: la temporalidad (la vida cambia constantemente). //Para la vida, la razón es un elemento fundamental. El raciovitalismo consiste en afirmar que la razón está inmersa en la vida; Ortega suele ser clasificado en esta corriente. En consecuencia, no existe razón pura, sino que La razón vital (razón que medita sobre la vida) se realiza desde la vida y en la vida, es concreta y por ello es siempre razón histórica, pues es cambiante. //Por tanto, Ortega defenderá una postura perspectivista: la realidad es múltiple, no existe un mundo en sí mismo, existen tantos como perspectivas. El conocimiento absoluto, objetivo e independiente del sujeto cognoscente no existe, es ficticio, irreal. El sujeto cuenta con dos tipos de contenidos: ideas y creencias. Las creencias son los esquemas mentales que están en la circunstancia del individuo, mientras que las ideas son el contenido intelectual. De aquí surgirá hombre-m(hann)