Filosofía de Platón: Epistemología, Alma y Dualismo Antropológico
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El Símil de la Línea de Platón: Niveles de Conocimiento y Realidad
Cuanto menos real sea un objeto, más oscuro y confuso será el conocimiento que podemos obtener de él, y por tanto, más alejado de la verdad.
La opinión (doxa) es el estado mental de quien contempla el mundo sensible; pero, dado que este se divide en dos, la opinión también lo hace:
- De las imágenes (eikasía), surge la imaginación, el estado más oscuro y alejado de la verdad, donde se considera como verdadero lo meramente aparente.
- Y la creencia (pistis), que se corresponde con los seres naturales o artificiales, es un estado un poco más claro, propio de un experto en la naturaleza, que posee un saber algo más profundo, pero que sigue siendo opinión.
El conocimiento (episteme) es el estado mental de aquel que contempla o investiga las cosas del mundo inteligible. Dado que hay dos subniveles de realidades inteligibles, habrá también dos subniveles de conocimiento:
- El pensamiento (diánoia) se relaciona con los objetos o entidades matemáticas; es más claro que el mundo sensible, pero menos que las Ideas.
- La inteligencia (noesis), estado mental del filósofo que ha alcanzado la visión de las Ideas, es el nivel de conocimiento más claro y verdadero.
Alma y Cuerpo en Platón: Dualismo Antropológico
Platón tiene una concepción dualista del ser humano: el hombre es el compuesto del cuerpo y el alma. Esta unión es denominada dualismo antropológico, aunque Platón la considera accidental.
El Alma Platónica
Es inmortal e inmaterial, tiene prioridad sobre el cuerpo, es el principio del conocimiento y su rasgo más característico es la racionalidad.
El Cuerpo en la Filosofía Platónica
Es material y mortal. El cuerpo es una cárcel para el alma, ya que la corrompe a base de apetitos y deseos, arrastrándola hacia lo sensible y alejándola del conocimiento.
Las Tres Partes del Alma Platónica
El alma se divide en tres partes:
- La parte racional (logistikón): Exclusiva del hombre, es donde reside la inteligencia y posee una naturaleza divina.
- La parte irascible (thymoeidés): Fuente de las pasiones y emociones humanas (irracional).
- La parte apetitiva (epithymetikón): Fuente de los apetitos y deseos materiales del ser humano (irracional).
Cada una de estas partes del alma debe desarrollar una virtud específica:
- La parte racional: Sabiduría (sophia) o prudencia.
- La parte irascible: Valentía (andreia).
- La parte apetitiva: Templanza (sophrosyne) o moderación.
En su conjunto, el objetivo del alma es alcanzar la justicia, que consiste en la armonía entre sus partes. La parte racional debe guiar a las otras dos para lograr este equilibrio, y el único camino para alcanzarlo es el conocimiento.