La Filosofía de Platón: Teoría de las Ideas y Dualismo Metafísico

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La Teoría Platónica de las Ideas

Formulación y Fundamentos

¿Cómo la formula Platón? Surge como crítica al relativismo de los sofistas y se apoya en las ideas de filósofos anteriores:

  • Heráclito: Reconoce la idea de una materia cambiante y que los objetos materiales están en constante devenir.
  • Parménides: Considera que el conocimiento derivado de los sentidos es engañoso, ya que solo muestra la apariencia y no la auténtica realidad.

Platón presenta unas realidades no materiales, eternas e inmutables, que son el objeto del verdadero conocimiento: las Ideas (o Formas).

Aproximación a la Idea: El Ejemplo de la Belleza

Consideremos un objeto bello, como una pintura:

  1. La pintura es bella gracias a que participa de la Idea de Belleza en sí.
  2. Pertenece a la clase de realidades fugaces, que nacen y perecen (Mundo Sensible).
  3. Está sometida a cambios y transformaciones.

Las cosas sensibles (como la pintura bella o una acción justa) son copias o imitaciones de la Idea perfecta (la Belleza en sí, la Justicia en sí).

¿De qué cosas hay Ideas?

Según Platón, existen Ideas principalmente de:

  • Valores éticos y estéticos (Justicia, Belleza, Bien).
  • Objetos que ocupan las matemáticas (Unidad, Dualidad, Igualdad, Triángulo).
  • Todos los seres naturales (Hombre, Caballo, Árbol).
  • Cosas artificiales y fabricadas (Mesa, Casa).

No hay Ideas de cosas imperfectas como la injusticia, la enemistad, la fealdad, etc., ya que estas son consideradas carencias de realidad o privaciones del ser, no modelos perfectos.

Las Ideas como Esencias y Principio Unificador

"Las Ideas son las esencias de las cosas visibles; son aquellas que hacen que una cosa sea lo que es y que se hallan presentes en todos los individuos de su misma clase o género."

Frente a la multiplicidad del mundo sensible (muchas acciones justas, muchas leyes justas), existe la unidad de la Idea (una única Idea eterna de Justicia). Las cosas múltiples imitan o participan de la única Idea. La Idea actúa como principio unificador de la multiplicidad sensible.

Dualismo Ontológico: Dos Mundos

Mundo Inteligible (o Mundo de las Ideas)

Es estable, eterno y permanente. Constituye la auténtica realidad. Es accesible solo a la inteligencia, no a los sentidos. Es un mundo trascendente, más allá de lo material. No solo contiene las Ideas, sino también los entes matemáticos. Platón distingue dos niveles dentro de este mundo (entes matemáticos inferiores, Ideas superiores).

Mundo Sensible (o Mundo Visible)

Es el mundo del devenir y la multiplicidad. Todo en él cambia, nace y muere. Es inferior en realidad al Mundo Inteligible; las cosas sensibles son menos reales, perfectas y estables que las Ideas. Contiene los objetos que percibimos con los sentidos (vista, oído, etc.), que son meras apariencias y están hechos de materia. Está sometido a constante cambio, las cosas están siempre "dejando de ser" para "ser algo que aún no son" (devenir: una mezcla de ser y no-ser).

El Mundo Inteligible constituye la estructura profunda del Mundo Sensible; este último tiene la consistencia ontológica que lo hace (parcialmente) cognoscible gracias a su participación en el primero. Esta relación se ilustra en el famoso Mito de la Caverna.

Dualismo Epistemológico: Dos Formas de Saber

Conocimiento Científico (Episteme)

Es el nivel superior del conocimiento. Es claro, verdadero, objetivo y no relativo. Su fuente es la inteligencia (razón). Es el saber acerca de lo real; como para Platón lo auténticamente real es lo inteligible (las Ideas), la episteme es el conocimiento de las Ideas. Para alcanzarla, es necesario apartarse de los sentidos y del mundo sensible; esta es la meta de la filosofía.

La Opinión (Doxa)

Es un grado del saber inferior al conocimiento científico. Versa acerca de la realidad sensible y material. Es un saber oscuro, poco fiable, cambiante y relativo. Su fuente son los sentidos. De los objetos sensibles solo se pueden obtener opiniones. Platón acepta de los sofistas que la opinión sobre lo sensible es un saber relativo, pero distingue radicalmente entre opinión (sobre lo sensible) y conocimiento (sobre lo inteligible).

Teoría de la Reminiscencia (Anámnesis)

El alma, antes de reencarnar en un cuerpo, ha preexistido en el Mundo de las Ideas y las ha contemplado directamente. Al encarnar en un cuerpo material, olvida las Ideas, pero queda en ella una huella borrosa de las mismas. Por tanto, según Platón, aprender o conocer no es otra cosa que recordar (anámnesis). La experiencia sensible (ver cosas iguales, justas, bellas) no es la fuente del conocimiento, pero sí es una ocasión para recordar aquellas Ideas que han quedado grabadas de forma latente en el alma. Esto implica el innatismo del conocimiento: las Ideas están de algún modo en nuestra alma desde el nacimiento, y el saber se activa mediante una educación adecuada, idealmente desde pequeños.

El Papel de los Objetos Matemáticos

El conocimiento matemático (diánoia o pensamiento discursivo) ocupa un lugar intermedio entre la opinión y el conocimiento de las Ideas (noesis o inteligencia pura). Parte de hipótesis que toma como axiomas (verdades evidentes que no necesita demostrar, a diferencia de la dialéctica, que cuestiona todas las hipótesis). A partir de estos axiomas, desciende deductivamente hasta sus teoremas. Otra diferencia con la ciencia dialéctica (el conocimiento supremo de las Ideas) es que las matemáticas, aunque hacen uso de la inteligencia y argumentan sobre la razón, a menudo se apoyan en imágenes sensibles (dibujos de figuras geométricas, por ejemplo). Platón reserva para las matemáticas el nombre de pensamiento (diánoia), un estado mental más claro que la opinión, pero más oscuro que el conocimiento directo de las Ideas (noesis), que se apoya únicamente en la razón y aspira a la visión directa de las Formas.

Dualismo Antropológico: Alma y Cuerpo

El ser humano está compuesto de dos realidades distintas:

El Alma (Psyché)

Es inmortal e inmaterial. Para Platón, el verdadero ser humano es su alma. El alma es el principio vital que da vida y movimiento al cuerpo, y su rasgo más característico es su naturaleza racional. Ha preexistido en el Mundo de las Ideas antes de unirse a un cuerpo.

El Cuerpo (Soma)

Es material y mortal. Platón tiene un concepto generalmente peyorativo del cuerpo: lo considera la cárcel del alma, una prisión de la que esta tiende a liberarse para volver a su origen inteligible. El cuerpo es la fuente de los apetitos y deseos sensibles (comida, bebida, sexo), de la búsqueda de la posesión de lo material, y provoca ambición y guerras. Arrastra al alma hacia lo sensible, donde no se encuentran ni la verdadera virtud ni el auténtico conocimiento.

Las Tres Partes del Alma

Platón distingue tres partes o funciones en el alma:

  1. Parte Racional (Logistikon): Sede de la inteligencia y de naturaleza divina. Es exclusiva del ser humano y está situada simbólicamente en la cabeza.
  2. Parte Irascible (Thymoeides): Fuente de las pasiones nobles (valor, ira, ambición de honor). Está situada en el pecho.
  3. Parte Apetitiva (Epithymetikon): Fuente de los apetitos y deseos materiales e irracionales (placeres corporales). Está situada en el bajo vientre.

Las Virtudes del Alma y la Justicia Individual

En el alma humana se produce una tensión, a veces un conflicto, entre la razón, las pasiones y los deseos. Existe un orden natural jerárquico en el alma, según el cual la parte racional debe dirigir y gobernar a la parte irascible y a la parte apetitiva. La justicia en el individuo consiste precisamente en respetar esta jerarquía natural: que la razón gobierne, utilizando la fuerza de la parte irascible (pasiones nobles) para controlar los deseos de la parte apetitiva.

A cada parte del alma le corresponde una virtud propia:

  • Parte Racional: Su virtud es la sabiduría o prudencia (sophia / phronesis).
  • Parte Irascible: Su virtud es la valentía o fortaleza (andreia).
  • Parte Apetitiva: Su virtud es la templanza o moderación (sophrosyne).

No hay justicia (dikaiosyne) en el individuo si no se cumple esta jerarquía y cada parte no desarrolla su virtud correspondiente. El alma justa es aquella que posee orden y armonía interna, siendo un reflejo a nivel individual de la justicia o armonía cósmica que reina en el Mundo de las Ideas.

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