La Filosofía Política de Thomas Hobbes: Estado, Soberano y Contrato Social

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El Estado y la Soberanía en la Visión de Hobbes

“Donde no hay poder común, no hay ley. Donde no hay ley, no hay justicia.”

La propia ley de supervivencia lanza al hombre a unirse a los otros hombres bajo un poder común; es su propio egoísmo el que lo impulsa a crear el Estado. El soberano es la encarnación institucional del gobierno ordenado, el encargado de velar por el mantenimiento del orden y de garantizar la seguridad de los ciudadanos, quienes ceden sus derechos – este monarca sería un monarca absoluto – a cambio del cumplimiento por parte del soberano de las condiciones señaladas. La relación de los ciudadanos con el soberano será, pues, de sumisión. La vida civil es una tensión entre la tendencia egoísta y la tendencia a la sumisión. El hombre, que no es un ser social, opta por una vida en sociedad para obedecer la ley natural que mantiene la tendencia a la conservación.

Hobbes defendió que solo el Estado asegura la libertad de sus ciudadanos. La libertad humana genuina es justo la capacidad de realizar su voluntad sin interferencia de otros. Esto no puede darse en ausencia de la ley; el acuerdo de aceptar una autoridad común ayuda a cada uno de nosotros a asegurar la libertad con respecto a otros. La sumisión al soberano es absolutamente decisiva, pero este contrato se mantiene también por la fuerza. El monarca no comete injusticia, pues lo justo lo decide el poder. El soberano es la fuente de la legitimidad y, por lo tanto, no es responsable. El soberano es el verdadero fijador de la justicia y de la moral, ya que lo justo y lo bueno pasan a definirse como lo coincidente con la voluntad del soberano. El soberano es el único poder legislativo y el Estado la única fuente del derecho.

Thomas Hobbes: Su Filosofía Política

Su teoría política está desarrollada en su obra El Leviatán.

El Hombre en el Estado de Naturaleza

Compartió una visión materialista del mundo: los seres humanos son objetos físicos, cuyas funciones y actividades se pueden describir y explicar en términos puramente mecánicos. El hombre es, pues, un ser natural regido por las leyes de la naturaleza y la acción humana debe, por tanto, ser explicada, en opinión de Hobbes, de modo semejante a como se explica el funcionamiento de la naturaleza. Está regido por la tendencia a la conservación. En el caso del ser humano, buscamos evitar nuestro malestar y promover nuestro propio bienestar; elegimos eliminar las sensaciones de dolor o malestar.

El hombre en su estado natural es un ser solitario, condenado a la soledad y egoísta de modo innato. Todos los sentimientos del hombre se resumen en uno: el amor a sí mismo; el resto de sentimientos son disfraces de este sentimiento, fruto de la condición natural del hombre. Lo que es común son las pasiones, aunque no son semejantes: “los objetos de las pasiones, que son las cosas deseadas, temidas, esperadas…”

La Sociedad Civil y el Contrato Social

Mientras el hombre viva sin un poder común que los atemorice a todos, lo que llamó “estado de guerra de todos contra todos”, un estilo de vida que seguramente sea “solitario, pobre, repugnante, brutal y corto”, pero que se apoya en la idea de que el hombre es un lobo para el hombre. Este es el estado de naturaleza del hombre. El único escape posible consiste en establecer un contrato de unos con otros; consistente en ceder nuestros intereses y derechos individuales para alcanzar las ventajas de la seguridad.

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