La Filosofía de San Agustín: Un Viaje Hacia la Sabiduría

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San Agustín de Hipona: Vida y Obra

San Agustín nació en el año 354 en Tagaste (Argelia) y falleció en el 430 en Hipona, donde ejerció como obispo. Murió a los tres meses del asedio de la ciudad.

Obras Principales

Entre sus diálogos más destacados se encuentran:

  • De la vida feliz
  • De la inmortalidad del Alma
  • Del libre albedrío

Además, son fundamentales sus obras Confesiones y La Ciudad de Dios.

Relaciones entre Razón y Fe

(Este es un problema central al abordar cualquier autor de la Edad Media)

La tensión entre el plano de la creencia y el plano de la filosofía obligó a todo pensador cristiano a enfrentarse al dilema de las relaciones entre la fe y la razón. San Agustín identificó ambos planos.

San Agustín dedicó largos años a la búsqueda de la verdad a través de la razón. Descubrió que la fe le ofrecía la verdad que la razón no había logrado alcanzar. Por ello, afirmó la primacía de la fe: es mejor creer para saber que saber para creer.

El acto de entender lo que creemos nos permite contemplar y aprehender la verdad. Dado que creemos en Dios, y Dios es la verdad misma, esta comprensión es posible. Como él mismo expresó: Crede ut intelligas, intellige ut credas (“Cree para entender, entiende para creer”).

Creer para Entender (Primera Parte de la Fórmula)

Con esta primera parte de su fórmula, San Agustín quiso señalar que la autoridad verdadera, la Sagrada Escritura, es la que proporciona los contenidos de nuestro saber racional. Sin la contribución de la revelación, la razón estaría ciega ante la verdad.

Entender para Creer (Segunda Parte de la Fórmula)

Entender lo que creemos nos permite aprehender la verdad. Creemos por fe y aprehendemos la verdad por el entendimiento; ambas facultades nos conducen a la sabiduría.

Por consiguiente, la razón y la fe, la filosofía y la religión, se fusionan en un único concepto de búsqueda que conduce a la verdad, la sabiduría y la felicidad.

El Problema del Hombre en San Agustín

La pregunta por la naturaleza del ser humano es la clave del pensamiento agustiniano. Ante ella, adoptó una postura de profunda introspección. Al adentrarnos en la interioridad del alma, podemos alcanzar no solo el autoconocimiento, sino también el conocimiento de Dios.

Antropología Agustiniana

Dos corrientes principales confluyen en la configuración de la antropología de San Agustín:

  • La corriente bíblica y paulina, que concibe al hombre como imago Dei (imagen de Dios) y como un ser caído por el pecado. El hombre, a diferencia de los animales, posee vida espiritual. Por ello, San Agustín defiende el dualismo, afirmando que el ser humano se compone de cuerpo y alma, cuya unión considera accidental.
  • La corriente griega del homo rationalis (hombre racional).

Se citan las escrituras: “Y Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza” y “Adán perdió por el pecado la imagen y semejanza de Dios”.

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