Filosofía Tomista: La Armonía entre Razón y Fe y su Impacto en el Pensamiento Moderno
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Santo Tomás de Aquino (S.T.) concebía la razón y la fe como dos formas complementarias de alcanzar la verdad. Para él, no existía una oposición entre ambas, sino una jerarquía y una profunda colaboración.
La Razón y la Fe en Santo Tomás de Aquino
Para S.T., la razón y la fe, aunque distintas, proceden de la misma fuente divina: Dios. Por ello, si bien la fe trasciende la razón, nunca la contradice. Esta complementariedad implica que la razón puede ser utilizada para comprender y explicar las verdades de la fe, mientras que la fe ilumina y orienta el uso de la razón hacia fines últimos.
La Razón
- Es la capacidad natural del ser humano para conocer verdades a partir de la experiencia y el pensamiento lógico.
- Permite comprender el mundo creado y llegar, por ejemplo, al conocimiento de la existencia de Dios mediante argumentos racionales, como el de las cinco vías.
La Fe
- Es el conocimiento que el ser humano recibe a través de la revelación divina.
- Proporciona acceso a verdades que la razón por sí sola no puede alcanzar, como los misterios de la Trinidad o la Encarnación.
Colaboración de la Razón con la Fe
La razón presta una valiosa ayuda a la fe de diversas maneras:
- Ordenación científica: Sus procedimientos permiten que la teología se constituya en un sistema organizado de proposiciones.
- Armas dialécticas: Proporciona herramientas para enfrentarse adecuadamente a aquellas afirmaciones de los filósofos que contradicen los artículos de la fe.
- Aportaciones filosóficas y científicas: Cuantos datos científicos o aportaciones de la filosofía puedan ser útiles para el esclarecimiento de los artículos de la fe.
La existencia misma de la teología es, pues, la muestra real más evidente de la ayuda que la razón puede prestar a la fe.
Colaboración de la Fe con la Razón
Puesto que no hay doble verdad y los artículos de la fe cristiana contienen afirmaciones cuya verdad es indudable, la fe sirve a la razón como norma extrínseca. Así, en caso de que la razón llegara a conclusiones incompatibles con la fe, tales conclusiones serán necesariamente falsas. El filósofo, entonces, habrá de revisar sus razonamientos a fin de corregir las deficiencias de los mismos.
El compromiso elaborado por Aquino entre la razón y la fe revela una actitud ante la razón que cabría calificar de moderadamente optimista. No obstante, la autonomía concedida a la razón es limitada. Las bases del planteamiento tomista de las relaciones entre razón y fe son las que han presidido la actitud posterior del pensamiento cristiano y de la teología: autonomía de la razón como fuente de conocimiento e imposibilidad de un conflicto real y definitivo entre los hallazgos de esta y las exigencias de la fe cristiana. Todo conflicto aparente entre ambas procederá o bien de errores de la razón, o bien de una deficiente interpretación de la fe religiosa.
La Armonización de Razón y Fe: Fundamento de la Ciencia Moderna
La visión de Santo Tomás de Aquino sobre la relación entre razón y fe sentó las bases para el desarrollo de la ciencia moderna a través de tres pilares fundamentales:
- La inteligibilidad del mundo creado: Para S.T., el universo es obra de un Dios racional. Por lo tanto, el mundo es ordenado y comprensible para la razón humana. Esta idea generó una confianza profunda en la capacidad del intelecto humano para desentrañar las leyes de la naturaleza.
- La autonomía de las causas naturales: Aunque Dios es el creador y sustento del universo, S.T. reconocía que la naturaleza tiene su propio orden y regularidad. Los procesos naturales actúan de manera consistente y predecible, lo que permite estudiarlos sin necesidad de recurrir continuamente a explicaciones sobrenaturales.
- El valor del conocimiento empírico: Inspirándose en Aristóteles, S.T. subrayó la importancia de los sentidos como punto de partida para el conocimiento. Esta actitud empírica fue un antecedente crucial para el método científico que surgiría en el Renacimiento.