Filosofía de la Virtud: Aristóteles, Sócrates y Platón en la Búsqueda de la Felicidad
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La Búsqueda de la Felicidad en la Filosofía Antigua
Aristóteles se plantea un problema ético fundamental: ¿cómo hay que vivir para alcanzar el bien? El célebre filósofo responde a esta cuestión con la noción de eudaimonía, entendida como la felicidad o autorrealización plena. Para poder alcanzar esta vida feliz, que Aristóteles considera el bien más elevado, son necesarios:
- Bienes externos.
- Bienes corporales.
- Y, fundamentalmente, ejercitar las virtudes o excelencias (tanto éticas como del conocimiento).
El Intelectualismo Moral: Sócrates y Platón
La cuestión de la vida virtuosa ya había sido tratada anteriormente por Sócrates y continuada por Platón. Estos pensadores ofrecieron una visión intelectualista de la virtud, cuestionada parcialmente por Aristóteles.
Sócrates: Saber es Virtud
Sócrates, maestro de Platón, defiende el intelectualismo moral, considerando que es el intelecto quien guía la conducta ética. Parte de la identificación entre saber y virtud (Saber = Virtud), de forma que solo quien consigue alcanzar un conocimiento de las virtudes (el bien, la justicia) puede llegar a ser virtuoso (ser bueno, ser justo).
Por tanto, quien obra mal es porque no conoce verdaderamente lo que es el bien.
Platón: La Idea de Bien como Fundamento Moral
Por su parte, Platón profundiza en este intelectualismo moral con su Teoría de las Ideas. La Idea de Bien es la Idea suprema, representada por el Sol en el famoso Mito de la Caverna. Es la más difícil de conocer por el sabio que completa el proceso de educación al liberarse de su vida anterior en el interior de la caverna. La Idea de Bien tiene que conocerla quien quiera alcanzar una vida virtuosa.
La Virtud Según Aristóteles: Hábito y Razón Práctica
¿Cuál es la postura aristotélica sobre la virtud en relación con el intelectualismo moral socrático y platónico?
Aristóteles considera que la virtud no consiste meramente en el saber (puedo saber lo que está bien y hacer lo contrario). Su teoría sostiene que la virtud se adquiere mediante el hábito o costumbre (por repetición de un mismo tipo de actos). Las virtudes éticas (como la prudencia, la justicia, la templanza, etc.) se adquieren por la práctica constante.
No obstante, concibe las virtudes como hábitos racionales, de modo que se necesita el intelecto (la razón práctica) para encontrar el término medio frente al defecto o al exceso, en el cual consisten las virtudes éticas.