Filosofía de la Virtud y Felicidad: Perspectivas de Platón y Aristóteles
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La Virtud como Armonía en Platón y su Impacto Social
3.3 La Virtud como Armonía
La virtud, según Platón, puede entenderse como un equilibrio y armonía entre las distintas partes del alma:
- Alma Racional: Situada en la cabeza, encargada del conocimiento de las ideas. Su virtud es la prudencia y es inmortal.
- Alma Irascible: Situada en el tórax, representa las emociones y sentimientos. Su función es dominar las pasiones y su virtud específica es la fortaleza de la voluntad. Es mortal.
- Alma Concupiscible: Se encuentra en el abdomen. Su función será el dominio de los deseos y los impulsos instintivos. Su virtud propia es la moderación y es mortal.
El alma racional, siendo prudente, guía a la parte irascible, que deberá ser fuerte, y ambas dominan al alma concupiscible, que deberá ser moderada. De esta manera, el ser humano será armonioso y justo. La justicia sería la consecuencia de las otras tres virtudes.
Platón establece una correspondencia entre el bien del individuo y el bien de la sociedad. La organización y división de esta se hace por analogía con el alma humana. Tanto en el alma como en la sociedad puede haber conflictos; estos deben resolverse ejerciendo cada uno la virtud que le es propia. La razón debe dirigir, y el resultado será un individuo justo y una sociedad justa en la que se pueda alcanzar la felicidad.
4. Aristóteles y la Búsqueda de la Felicidad (Eudaimonía)
Para Aristóteles, el objetivo del ser humano es la felicidad. En griego, felicidad se dice eudaimonía, y por esa razón, a la ética aristotélica se le llama eudemonismo. La felicidad se consigue por medio de la vida virtuosa, y esta se basa en la actividad más propia del ser humano: la racionalidad.
La virtud es una disposición permanente a comportarse racionalmente con el objetivo de ser feliz. La racionalidad es la característica distintiva del ser humano. La vida virtuosa consiste en controlar las pasiones y deseos, y esto solo puede lograrse mediante el hábito y la costumbre.
La virtud se caracteriza como el término medio entre dos extremos (el defecto y el exceso), y es siempre relativa. La virtud de la razón se conoce como prudencia. Es nuestra inteligencia práctica que permite ser perspicaces. Es una virtud que se aprende a través de la experiencia y el ejercicio continuo hasta llegar a convertirla en una parte de nuestro carácter. La prudencia, en tanto que virtud, es el hábito de encontrar racionalmente el término medio para cada situación particular.