Formación y Características de las Cordilleras Alpinas en la Península Ibérica

Clasificado en Geología

Escrito el en español con un tamaño de 3,05 KB

Las Cordilleras Alpinas en la Península Ibérica

Formación Geológica

Las Cordilleras Alpinas se formaron durante la Era Terciaria, como resultado del plegamiento de profundos estratos de sedimentos marinos depositados en la Era Mesozoica. Estos sedimentos se originaron a partir de la erosión de los macizos hercinianos. Los sedimentos provenientes de la Meseta Española y el Macizo de Aquitania dieron lugar a la formación de los Pirineos, mientras que los depositados en el surco bético, entre la Meseta Española y el macizo del Rif, originaron las Cordilleras Béticas.

Durante el Mioceno, comenzó la erosión de estas nuevas cordilleras, rellenándose con materiales sedimentarios la depresión intermedia pirenaica y las hoyas intrabéticas. Ya en el Cuaternario, se produjo el encajamiento de los ríos y el retoque glaciar.

Características del Relieve y Litología

Las rocas predominantes en estas montañas son principalmente calizas, aunque también se conservan sectores importantes de rocas silíceas. Estas últimas corresponden a afloramientos de materiales paleozoicos en las zonas más elevadas de la Ibérica, la zona norte de la cordillera catalana, el Pirineo axial y la Penibética. En las depresiones y hoyas, encontramos materiales sedimentarios como arcillas y margas.

En general, el relieve visible coincide con las ondulaciones del plegamiento. Las sierras son anticlinales y los valles sinclinales, lo que se conoce como relieve jurásico. En las zonas donde las presiones del plegamiento alpino fueron más intensas, se produjeron roturas en los estratos calizos y afloramiento de materiales paleozoicos, dando lugar al relieve alpino. También se observan pliegues tumbados y mantos de corrimiento, como en las sierras de la Penibética.

Al ser relieves jóvenes y poco erosionados, predominan las crestas afiladas, las paredes verticales y los valles estrechos y profundos.

Glaciarismo y Fenómenos Cársticos

Los Pirineos experimentaron una intensa acción glaciar durante el Cuaternario. Los valles ocupados por los glaciares presentan circos excavados en la cabecera y un típico modelado en forma de U, visible, por ejemplo, en Ordesa. Además, se formaron cubetas en forma de embudo, ocupadas hoy por alrededor de un millar de lagos, conocidos como ibones. El glaciarismo fue mucho menos importante en las demás cordilleras alpinas.

Los fenómenos cársticos son significativos debido a la presencia de grandes masas de calizas. Ejemplos clásicos de esta morfología son la Ciudad Encantada de Cuenca, los campos de dolinas de la Sierra de Albarracín, el Torcal de Antequera en las Béticas y los extensos sistemas de galerías subterráneas de los Pirineos.

Zonas Volcánicas

Existen zonas volcánicas como la de Olot en Gerona y el Cabo de Gata en Almería. En ambos casos, se trata de volcanismo antiguo, sin actividad en la actualidad.

Entradas relacionadas: