Formación de la Clase Obrera: Identidad, Cultura y Movimiento Histórico

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La Clase Obrera: Una Construcción Cultural e Histórica

La clase obrera es una creación cultural, un fenómeno histórico y una identidad colectiva. Aunque las clases siempre han estado divididas por numerosas líneas y no representan una identidad única, durante un largo período histórico, la pertenencia a la clase obrera definió el comportamiento de millones de personas. El desarrollo capitalista incrementó las desigualdades, y para la creación de esta identidad colectiva fueron necesarias "experiencias comunes", así como la influencia de tradiciones ideológicas.

El Proceso de Formación de la Identidad Obrera

La clase obrera, como sujeto colectivo, fue el resultado de un proceso de formación y de la construcción cultural de su identidad. Esta formación fue una consecuencia directa de la industrialización. A pesar de sus diferencias, los distintos sectores de trabajadores llegaron a formar parte de una unidad, compartiendo objetivos e intereses comunes.

Orígenes del Término "Clase" y Obstáculos a su Formación

El término "clase" comenzó a utilizarse en las últimas décadas del siglo XVIII para designar las diferencias sociales derivadas de la desigualdad económica. En la década de 1980, el "lenguaje de clase" alcanzó su mayor aceptación. Sin embargo, hubo dos grandes obstáculos para la plena formación de esta clase:

  • Se encontraban aún muy arraigadas las formas tradicionales de relación social.
  • La gran mayoría de los trabajadores aceptaba las desigualdades sociales existentes.
  • La existencia de una identidad de pueblo, que se presentaba como alternativa a la identidad clasista.

Experiencias Comunes y la Búsqueda de Emancipación

Las "experiencias comunes" estuvieron intrínsecamente ligadas a la idea de la emancipación del trabajador. La condición obrera dejó de ser transitoria para convertirse en permanente. El principal obstáculo para la emancipación individual era la dificultad de conseguir capital inicial y la intensa competencia. Los trabajadores habían perdido la posibilidad de lograr su emancipación de forma individual; ahora, la única vía posible era la emancipación colectiva.

Esta emancipación se concebía en dos planos:

  • Emancipación política y social: Se conseguiría a través del voto.
  • Emancipación económica: Se lograría por medios como la asociación, la lucha reivindicativa y la acción política de la clase obrera.

El término crucial en el lenguaje de clase fue "la explotación". A través de este concepto, se construyeron las percepciones colectivas de la realidad laboral. Pronto se le añadió una connotación negativa, sustituyendo a expresiones como "esclavitud" o "tiranía". La explotación se definía como la diferencia entre el salario recibido y el precio en el mercado de los bienes que producía el trabajador, lo que convertía a los patronos en los enemigos.

El Papel de los Mitos y Símbolos en la Identidad Obrera

Mientras que la "identidad de oficio" se presentaba como algo evidente, la identidad de clase solo fue aceptada por una minoría inicialmente. Fue necesario un largo proceso de acumulación de experiencias y el aprendizaje de nuevos códigos lingüísticos. El mito desempeñó un papel decisivo en la formación de la clase obrera, así como la plasmación de los símbolos.

En España, estos mitos se desarrollaron en la última década del siglo XIX, donde apareció y se difundió el mito funcional. Existían precedentes, como la Comuna de París. Sin embargo, la lucha por las ocho horas en Estados Unidos en torno al 1 de Mayo y, sobre todo, el juicio y ejecución de los mártires de Chicago, constituyeron el mito fundacional de la clase obrera.

La Cultura Obrera: Abstracciones y Visión Social

La cultura obrera ofreció a su público un conjunto de abstracciones y estereotipos a través de los cuales se hacía visible no solo la explotación capitalista, sino también las posibilidades de emancipación de la clase obrera. Más que educar, se trataba de crear una identidad. Para alcanzar estos objetivos, la imagen de la sociedad que se transmitía presentaba dos rasgos muy frecuentes:

  • Una visión dualista de la sociedad.
  • La representación frecuente y dramática de la miseria.

Unificación de la Clase Obrera y el Movimiento Obrero

La función de unificación de la clase obrera superó las diferencias entre los distintos oficios y categorías laborales, y fomentó la diferenciación frente a la clase dominante. La clase obrera fue el resultado de la acción continuada de los integrantes del movimiento obrero. Fueron ellos quienes interpretaron las experiencias comunes de los trabajadores y difundieron los marcos conceptuales que permitían a los trabajadores integrarse en una identidad colectiva.

Elementos Clave en la Construcción de la Identidad Obrera

El lenguaje, la formulación de nuevos conceptos como "emancipación" y "explotación", así como la elaboración y difusión de mitos y rituales, hicieron posible la construcción cultural de una nueva identidad y la sustitución de identidades precedentes o alternativas.

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