El Formalismo Kantiano: La Ética del Deber y el Imperativo Categórico
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El Formalismo Kantiano
Kant considera que la acción moral es un fin en sí mismo y no un medio. Su concepción es deontológica, porque la acción buena es aquella que se basa en el deber.
Immanuel Kant y la Moral
Immanuel Kant estudió la acción moral en sus obras. Este filósofo toma como punto de partida la moral que comparten la mayoría de las personas y no duda respecto a lo que se considera bueno o malo. Su interés no es saber qué es bueno o malo, sino por qué algo es bueno o malo. Su respuesta es que los buenos actos siempre se hacen con buena voluntad.
La Buena Voluntad
Para Kant, la buena voluntad es lo único realmente bueno sin restricción. Cualquier otro talento o bien material es moralmente ambivalente. El talento se puede emplear para hacer el mal, pero lo que garantiza que alguien trate de actuar de la mejor forma posible es la buena voluntad.
Hay que tener en cuenta que para Kant, tener buena voluntad supone poner todos los medios que estén a disposición de uno mismo para lograr un determinado fin. Kant es consciente de que se puede hacer todo lo posible para hacer el bien y no lograrlo.
El Deber
Para Kant, actuar según la buena voluntad o actuar por deber son términos equivalentes. El deber es la necesidad de obrar de una determinada manera por respeto a una norma de conducta. Es precisamente el concepto de deber lo que permite considerar a la ética kantiana como una ética deontológica.
- Actuar por deber es lo contrario de actuar por intereses, móviles o inclinaciones. Obrar moralmente o por deber supone actuar de forma desinteresada, obrar únicamente porque uno cree que es su deber, aunque esta acción le pueda acarrear consecuencias negativas.
- Actuar por deber no es lo mismo que actuar conforme al deber. Actuar por deber significa que el deber es la única motivación de la acción, sin pensar en las consecuencias; nuestro fin es cumplir el deber mismo. Lo contrario de actuar por deber es actuar movido por inclinaciones e intereses.
El Imperativo Categórico
Actuar por deber es también actuar por respeto a una ley moral. Se pueden citar muchas normas de conducta, pero Kant estaba convencido de que todas ellas se pueden simplificar en una sola ley, a la que denominó imperativo categórico. Tiene que ser un imperativo porque el deber constriñe la voluntad; el deber, y por tanto la acción moral, es una imposición. Se distinguen dos tipos de imperativos: los hipotéticos y los categóricos, pero solo los segundos tienen la propiedad de ser morales.
El imperativo hipotético representa la necesidad práctica de una acción como un medio para conseguir otra cosa. Son imperativos pragmáticos, formados por reglas; son los imperativos que se aplican en las acciones que se hacen por interés y que, por tanto, no son morales.
El imperativo categórico es un mandato universal y necesario que prescribe acciones como buenas en sí mismas con independencia de las consecuencias. Representa las acciones como necesarias por sí mismas. Se trata del imperativo propiamente moral, porque nos indica si nuestras acciones son o no por deber.