El formulismo moral

Clasificado en Filosofía y ética

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Fórmula del fin en sí mismo: "Obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre como un fin al mismo tiempo y nunca solamente como un medio"
Fórmula de la autonomía: "Obra como si por medio de tus máximas fueras siempre un miembro legislador en un reino universal de fines"
Voluntad
Facultad gracias a la cual podemos determinarnos (podemos determinar nuestra conducta) en virtud de principios. Es el “motor de la acción”.
Kant distingue la voluntad santa y la voluntad humana:
Voluntad santa es aquella que sólo puede ser determinada por la razón, nunca por la inclinación, como ocurre en Dios. Para esta voluntad la ley moral no tiene la forma de imperativos puesto que inevitablemente, dada su constitución, cumplirá la ley.
La voluntad humana puede ser determinada, además de por la razón, por la inclinación. Dado que la inclinación puede movernos a realizar una acción contraria al deber, en nuestro caso la ley moral tiene la forma de imperativo (“debes hacer X”).
Buena Voluntad
La voluntad que es buena en sí misma, que es buena no porque gracias a su actuación el sujeto pueda alcanzar un determinado fin sino porque actúa exclusivamente por deber.
Y ello aunque luego las acciones que el sujeto hace puedan verse truncadas en su intención, o puedan tener consecuencias no queridas por el sujeto e incluso contrarias a la felicidad de los demás. La buena voluntad es la que interviene cuando queremos hacer el deber por el deber.
Son los ríos: Heráclito afirma que el fundamento de todo está en el cambio incesante. Que el ente deviene, que todo se tranforma en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al que nada escapa. De esto trata la poesía, de ese fluir constante, de ese tranformarse, como el río que corre constantemente y va hacia el mar, osea, la muerte. Dejamos atrás vivencias (todo nos dijo adiós, todo se aleja).
El fragmento ejemplifica la docrtrina Heraclitea del cambio: el río (que no deja de ser el mismo rio) ha cambiado sin embargo casi por completo, así como el bañista. Si bien una parte del río fluye y cambia, hay otra que es relativamente permanente y que es la que guía el movimiento del agua.



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