Fortalezas y dificultades en la relación de ayuda: claves para profesionales

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Fortalezas y dificultades de la relación de ayuda

Es fundamental explorar y detectar en el diálogo, no dar nada por supuesto. Hay que preguntar. No es posible determinar lo que es beneficioso para una persona o lo que le preocupa sin preguntar directamente y sin contar con su propio sistema de valores y creencias.

Dificultades en la relación de ayuda

  • Juzgar, imponer, presuponer, no preguntar.
  • Prestar más atención a las dificultades y problemas que a las fortalezas y a los logros de las mujeres.
  • No reconocer ni reforzar los esfuerzos que ellas hacen en su proceso de recuperación.
  • No respetar los tiempos de las mujeres y precipitar cambios y decisiones para las que no están preparadas.
  • Mantener actitudes paternalistas y protectoras que inhiban los recursos de las mujeres.
  • No favorecer que la mujer se haga responsable de su propio proceso.
  • Pensar que siempre es posible hacer algo y que podemos ayudar, sin dar la opción a elegir.
  • No tener incorporada la perspectiva de género y el contexto histórico y cultural que nos ayude a comprender mejor la realidad.
  • Asumir nosotros y nosotras los problemas de las mujeres como propios.
  • Prestar más atención a lo que falta que consigamos que a lo conseguido.

Fortalezas en la relación de ayuda

  • Revisar nuestras actitudes hacia las mujeres y hacia la forma en que las ayudamos.
  • Resolver nuestros conflictos, enfrentar nuestros miedos y abordarlos para ayudar a las mujeres.
  • Perder el miedo a trabajar con las emociones de las mujeres aunque a veces nos desborden.
  • Dar protagonismo a la mujer para que decida libremente aspectos relacionados con su vida.
  • Escuchar, entender, preguntar y persuadir.
  • Potenciar sus recursos personales para afrontar las dificultades.

Componentes de la relación de ayuda

Las condiciones necesarias para que se pueda desarrollar una buena relación de ayuda en gran medida dependen de la o el profesional que interviene. Es necesario partir de una motivación personal para poder incorporar las habilidades necesarias. La relación de ayuda se compone de diferentes elementos:

Actitudes

Forma de actuar de una persona, el comportamiento que emplea para hacer las cosas. Forma aprendida de responder hacia los elementos del exterior. Entre las actitudes que debemos desarrollar como profesionales de la ayuda se encuentran:

  • Compromiso y obligación
  • Dedicación a la mujer
  • Aceptación incondicional (no juzgar)
  • Empatía
  • Autenticidad
  • Respeto a los ritmos
  • Implicación con límites

Habilidades

Destrezas, estrategias y competencias que se pueden desarrollar y potenciar a fin de mantener una óptima relación de ayuda. Cualquier actividad que desarrollemos para la mejora de nuestras habilidades repercutirá de forma clara en la relación de ayuda. Las habilidades que debemos desarrollar como profesionales de las relaciones de ayuda con víctimas de violencia de género son:

  • Escucha activa
  • Preguntas abiertas
  • Asertividad
  • Refuerzo
  • Feedback
  • Confrontación

Conocimientos

Todos los y las profesionales que intervienen en cualquiera de las fases por las que pasa una mujer estén capacitados y capacitadas de manera especializada. Importante conocer las causas que subyacen en las situaciones de violencia, así como las variables y factores que influyen en el mantenimiento de esas situaciones.

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