Fuentes de financiación para el día a día: Confirming, cuenta de crédito, préstamo vs crédito, descubierto bancario, descuento comercial y factoring
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Fuentes de financiación para el día a día: Confirming
Con el confirming se consigue pagar puntualmente a los proveedores, aunque no se tenga dinero en ese momento. Al contratar un servicio de confirming con una entidad financiera, se contrata que dicha entidad se encargue de pagar a los proveedores cuando proceda, bien porque tienes dinero, o bien si no lo tienes en ese momento cobrándote una comisión. Se crea una especie de cuenta de crédito, a través de la cuál la entidad bancaria va realizando estas operaciones. A través del confirming el empresario gana en imagen de cara a sus proveedores, ya que sus pagos están avalados por una entidad financiera. Intervienen tres sujetos: dos empresas y la entidad bancaria. La entidad únicamente abonará la cantidad, cuando la empresa acreedora se lo solicite, cargándole a esta unos intereses por anticipar el cobro).
Cuenta de crédito
La entidad bancaria pone a disposición de la empresa una cuenta por la cantidad y plazo solicitados por la misma. Por ejemplo 700.000 eu a 3 años. Si la empresa no toma cantidad alguna, no pagará el interés pactado. Si toma por ejemplo 100.000 eu, el contador de intereses se pone en marcha cobrando el interés pactado por cada día que se disponga de esa cantidad. Por las cantidades no dispuestas también se paga un pequeño interés.
Préstamo vs crédito
Préstamo: Se recibe la totalidad del préstamo desde el primer día. Se pagan intereses desde el primer día por el importe total y durante todo el año. Si se devuelve el dinero por anticipado, se sufre una penalización. Se emplea para pagar compras o inversiones, nunca para hacer frente a una falta de liquidez. Crédito: Se pone el dinero a disposición del cliente, quién puede hacer uso o no de él. Se pagan intereses cuando se dispone del dinero y sólo por la cantidad de dinero dispuesta por el tiempo dispuesto. Se pueden reintegrar las cantidades dispuestas en cualquier momento sin sufrir ninguna penalización. Se emplea para hacer frente a una falta de liquidez, nunca para realizar inversiones.
Descubierto bancario
Se trata de extender un talón por cantidad superior a aquella que se tiene en ese momento en la cuenta corriente (es comúnmente conocido como 'estar en números rojos'). La entidad bancaria aceptará este descubierto en función de la solvencia, de si es o no un buen cliente, de la cantidad sobrepasada, etc. Es la forma más cara de financiación que existe ya que la entidad cobrará un tipo de interés igual al doble del que cobra por un préstamo. (Suele emplearse por un plazo de tiempo muy corto, el banco cobra alrededor del 20 o el 30%).
Descuento comercial
Los clientes, normalmente no pagan al contado, sino posteriormente, por ejemplo a 30 días. La empresa vendedora presenta al cliente una letra de cambio para que la firme y en su momento pasársela al cobro. Si la empresa vendedora no quiere esperar al momento del cobro puede ir al banco y solicitar que se le pague por adelantado a cambio de una comisión. Esto pasa habitualmente, lo común es que la empresa llegue a un acuerdo con su entidad bancaria para llevarle al cobro todas sus letras. Es lo que suele conocerse como remesas. El banco fijará un límite a la empresa y si la letra resulta impagada, tendrá que ser la empresa la que devuelva ese dinero con unos gastos por impago. Esta es una forma cara de financiación si los clientes empiezan a devolver letras.
Factoring
Otra opción es contratar a una empresa de factoring, y esta a cambio de una comisión se hace responsable del pago de todas las facturas de tus clientes, e incluso te puede adelantar el cobro de las mismas a cambio de una comisión. Es como si trabajases con un único cliente. El factoring puede ser de dos tipos: Factoring con recurso: el factor no asume el riesgo de insolvencia. Si un cliente no paga, eres tú quien se hará cargo del. Factoring sin recurso: el factor asume el riesgo de insolvencia. Si el cliente llegado el momento no paga, la empresa que realiza el factoring se encargará de la deuda del cliente. Este sistema no podrá contratarse si tu empresa trabaja con productos perecederos, o bien si concedes plazos de pago superiores a 180 días.