Fuentes Históricas Romanas y Judías que Confirman la Existencia de Jesús

Testimonios Extrabíblicos para Acceder a Jesús de la Historia

Los testimonios extrabíblicos más significativos que aportan datos sobre la figura de Jesús y el movimiento cristiano primitivo provienen de historiadores y funcionarios romanos y judíos. Estos documentos, aunque escasos, confirman aspectos esenciales del relato neotestamentario.

1. Plinio el Joven (c. 112 d.C.)

El primer testimonio es la carta de Plinio el Joven, gobernador de Bitinia, fechada alrededor del 112 d.C. El gobernador Plinio, al entrar en contacto con un grupo de cristianos, no sabía cómo comportarse con este nuevo movimiento. En consecuencia, escribe al emperador Trajano, diciéndole que los partidarios de esta religión están «habituados a reunirse en un diagrama establecido, antes del alba, para alabar a Cristo como un dios».

Este texto es una alusión directa al domingo, el primer día después del sábado (día sagrado para los hebreos), que se había convertido en el día sagrado para los cristianos, en memoria de la resurrección de Jesús.

2. Tácito (c. 116 d.C.)

El segundo testimonio es de un historiador de confianza del mundo romano, Tácito (c. 116 d.C.). Él relata que Nerón, quien probablemente estuvo en el origen del Gran Incendio de Roma, para desviar las acusaciones sobre él, las habría hecho recaer sobre aquellos que Tácito llamaba los Cristianos.

Lo importante de este testimonio es que poseemos una referencia precisa sobre aquello que, también desde el punto de vista de la fe cristiana, es un dato fundamental del Nuevo Testamento: la muerte en cruz de Jesús. En consecuencia, encontramos una indicación histórica que confirma lo esencial del relato de la pasión y muerte de Jesús.

El hecho de que Tácito defina la religión cristiana como una «superstición» y la sitúe entre las cosas «vulgares e ignominiosas» deriva del desconcierto ante un presunto Mesías que era presentado como Crucificado.

3. Suetonio (c. 120 d.C.)

El tercer testimonio es de Suetonio (c. 120 d.C.). Habla de un episodio acaecido a los cristianos bajo el emperador Claudio. En Roma, los cristianos y algunos judíos habían sido expulsados por mantener un continuo y áspero litigio entre ellos.

La comunidad hebrea se había visto dividida en facciones contrapuestas (los judíos de la observancia y los cristianos), hasta el punto de que el emperador había decidido expulsar a los más perversos. Suetonio llama a Jesús «Cristo», mostrando la ignorancia acerca de la tradición hebrea y la poca importancia que se le daba a este personaje histórico en ese momento.

4. Flavio Josefo (Historiador Hebreo)

El último documento es del historiador hebreo Flavio Josefo. Había sido llevado a Roma como consejero en cuanto se refería a las cuestiones de Palestina. Josefo escribió dos obras importantes:

• Las Antiquitates Judaicae: Obra que reconstruye la historia judía.
• El De Bello Judaico: Obra que trata sobre la guerra de los hebreos de Palestina contra el dominio romano. Jerusalén fue destruida por el emperador Tito e incluye una larga introducción sobre la historia de Palestina desde el 170 a.C.

Conclusión sobre la Relevancia Histórica

No se averigua mucho sobre la figura personal de Jesús a través de estos testimonios extrabíblicos, ya que no fue un personaje relevante para el mundo de entonces. Comenzó a serlo a través del movimiento iniciado por Él y las progresivas consecuencias que este movimiento generó en la cultura y en la configuración social de esa época.