Fundamentos y Aplicación del Método Antropológico en la Formación Religiosa

Estructura y Dinámica del Método Antropológico

La estructura y dinámica del método antropológico, basado en la formación religiosa, debe orientar la atención de las personas hacia sus experiencias de mayor importancia, tanto personales como sociales. Es su tarea, igualmente, plantear a la luz del Evangelio los interrogantes que surgen de tales situaciones, de manera que se estimule en las propias personas un justo deseo de transformar su conducta.

Partir de la experiencia del alumno en la clase de religión implica que debemos:

• Ayudar a reflexionar sobre las situaciones propias y las de su entorno familiar, social, cultural, etc.
• Confrontar estas experiencias con la Buena Noticia de Jesús.
• Informar sobre los datos específicos del cristianismo.
• Valorar con la Buena Noticia las situaciones de la vida.
• Formular una síntesis teológico-bíblica.
• Descubrir las posibilidades que ofrecen los criterios evangélicos para una mejora del ser humano y de su ambiente.
• Expresar su relación y formulación litúrgica, celebrativa y cultural en la historia y en su entorno.

La Experiencia Humana como Punto de Partida

Pero, sobre todo, debemos partir de una experiencia humana que abarque la amplitud de la vida: los diversos conocimientos, todas las formas de valoración, el encuentro afectivo y operativo con la realidad, y los diversos interrogantes y problemas existenciales. Todo lo adquirido a través de un encuentro concreto con la realidad debe servir para descubrir y seleccionar la experiencia humana más adecuada, profundizar en ella y universalizarla.

Confrontación e Iluminación por el Mensaje Cristiano

El paso siguiente es que esta experiencia sea confrontada e iluminada por el mensaje cristiano. Debemos entender esto como una forma de facilitar el encuentro del grupo con la Palabra de Dios desde una perspectiva racional, existencial, sistemática y con rigor científico.

Síntesis y Expresión del Aprendizaje

Por último, el proceso concluirá cuando el alumno exprese el aprendizaje realizado. Esto se podrá hacer a través de la lectura comentada de la Palabra de Dios, la explicación de un texto bíblico, la profundización en textos litúrgicos (oraciones, celebraciones, rituales), la reflexión sobre el testimonio de los santos o, simplemente, el testimonio de personas no cristianas.